El pasado 8 de agosto, el Instituto de Tránsito de Boyacá (Itboy), bajo la gerencia de Yesyka Lysedt Téllez Montañez, fue escenario de un hecho que generó cuestionamientos sobre el compromiso de sus trabajadores. De los 50 funcionarios de planta, 35 no se presentaron a laborar y aprovecharon un puente no autorizado, dejando únicamente 15 personas en las oficinas.
Ese día, la gerente sí se encontraba en las instalaciones, cumpliendo con su jornada habitual, lo que contrastó con la ausencia masiva de la mayoría del personal. La situación quedó en evidencia cuando el gobernador de Boyacá, Carlos Amaya, realizó una visita sorpresa y confirmó el ausentismo, lo que calificó como una falta grave a las obligaciones de los servidores públicos.
Amaya fue enfático en su mensaje: exhortó a los funcionarios a asistir puntualmente y cumplir con los horarios que establece la ley, recordando que el servicio público exige disciplina y compromiso. Con un tono irónico, cuestionó si los empleados estaban “aburridos” con el cargo, dejando entrever que podría haber problemas internos de motivación o gestión del recurso humano.
El Itboy es una entidad clave en la regulación y control del tránsito en el departamento, por lo que la falta de personal no solo afecta el funcionamiento interno, sino también la atención a la ciudadanía.
Este episodio abre el debate sobre la cultura laboral en las instituciones públicas y plantea la necesidad de reforzar mecanismos de control y sanción para evitar que los funcionarios se ausenten injustificadamente, afectando el servicio que por ley deben prestar. Mientras tanto, la directora Téllez Montañez queda como ejemplo de cumplimiento, en medio de un panorama que deja en entredicho la responsabilidad de gran parte de su equipo.
