La tranquilidad del centro poblado de Zuluaga, jurisdicción del municipio de Garzón, se vio sacudida por una operación que reveló el alcance de una red criminal que, bajo el sello de las disidencias de las FARC, venía sembrando el miedo entre comerciantes y pobladores.
Esta semana, en una acción relámpago y coordinada entre el GAULA de la Policía Huila y la Seccional de Inteligencia Policial, fueron capturados en flagrancia dos presuntos extorsionistas mientras exigían dinero a sus víctimas.
Panfletos y amenazas
Según las autoridades, los detenidos serían integrantes del grupo armado residual Frente ‘Rodrigo Cadete’, una estructura de las disidencias de las FARC que opera en esta región del sur colombiano.
Durante el procedimiento, se logró la incautación de un arma de fuego y 12 panfletos con mensajes intimidantes, firmados por la autodenominada ‘Comisión de Finanzas Rodrigo Cadete’. Estos documentos contenían amenazas directas contra comerciantes del sector, en un claro intento de presión para obtener pagos ilegales a nombre de la organización.
Buscado por homicidio
Las investigaciones permitieron establecer que uno de los capturados, identificado como alias ‘Jhon’, de 42 años, tiene una orden judicial vigente por homicidio agravado. Según los reportes, ha estado vinculado por más de 15 años a estructuras armadas ilegales en los departamentos de Caquetá y Huila, y es investigado por la muerte de un militar del Ejército Nacional en el municipio de Paujil, Caquetá.
El segundo capturado, conocido como alias ‘Chonta’, sería su presunto cómplice en las labores de intimidación y cobro extorsivo. Aunque no registra antecedentes judiciales vigentes, las autoridades analizan su posible participación en otros hechos delictivos relacionados con la estructura armada residual.
Terror con sello armado
Las denuncias ciudadanas dan cuenta de cómo estos sujetos llegaban a los establecimientos con panfletos en mano, identificándose como miembros de las disidencias y exigiendo sumas de dinero bajo amenaza de represalias violentas. Su modo de operación incluía intimidaciones recurrentes y vigilancia a las víctimas, lo que generó zozobra en el comercio local.
La Policía Nacional indicó que esta operación hace parte del plan estratégico contra la extorsión y el porte ilegal de armas en el departamento, en el marco de las acciones para fortalecer la seguridad rural y urbana.
Llamado a denunciar
Tras la captura, el coronel Héctor Jairo Betancourt, comandante de la Policía en Huila, reiteró el llamado a la ciudadanía a confiar en las autoridades y denunciar a través de la línea 165 del GAULA.
“Su información salva vidas. No pague, denuncie. Estamos comprometidos con la tranquilidad del Huila”, expresó el alto oficial. Los capturados fueron dejados a disposición de la Fiscalía General de la Nación y enfrentarán cargos por extorsión agravada, concierto para delinquir y porte ilegal de armas. La comunidad de Zuluaga, aunque aún conmocionada, respira con más tranquilidad tras este certero golpe contra la criminalidad.
