Atlético Nacional evitó una derrota dolorosa en su visita a Tunja gracias a un penalti convertido por Alfredo Morelos en el minuto 90+7, que le permitió empatar 1-1 ante Boyacá Chicó en la jornada 14 del Torneo Clausura. El gol llegó tras una acción muy discutida en el área, que generó la protesta del equipo local y encendió la polémica por la interpretación del árbitro. Pese a las críticas, Nacional logró sumar un punto clave en su objetivo de mejorar su rendimiento bajo la dirección técnica de Diego Arias, actual entrenador encargado.
El conjunto verdolaga mostró iniciativa desde el comienzo, pero se topó con un Chicó bien parado en defensa, que aprovechó una de sus pocas oportunidades claras para abrir el marcador. Johan Bocanegra marcó el 1-0 al minuto 36 tras una jugada rápida que tomó mal parada a la zaga de Nacional. A partir de ahí, el equipo antioqueño tuvo que remar contra la corriente, dominando la pelota, pero con dificultades para romper el bloque defensivo del local.
Diego Arias, que asumió como técnico interino tras la salida de Javier Gandolfi, ha buscado darle una nueva identidad a un equipo que ha sufrido altibajos durante el semestre. Aunque Nacional no logró imponer su estilo con contundencia, el equipo mostró carácter para no bajar los brazos y buscar el empate hasta el final. El premio llegó en tiempo de adición, cuando una jugada en el área terminó en un penal sancionado por el árbitro, que Morelos cambió por gol con categoría.
Más allá del resultado, las estadísticas reflejan la clara superioridad de Nacional en el desarrollo del juego. El equipo registró 19 remates, 7 de ellos al arco, frente a solo 7 tiros totales del rival y apenas 1 con dirección de portería. También tuvo mayor posesión del balón con un 53%, completó 359 pases y alcanzó una efectividad del 83% en la circulación, frente al 81% de Chicó. Nacional generó 10 tiros de esquina, una muestra del volumen ofensivo que sostuvo durante gran parte del encuentro.
En defensa, el equipo paisa mantuvo el orden, cometiendo solo 8 faltas y recibiendo 3 tarjetas amarillas, cifras más controladas en comparación con las 13 infracciones y 4 amonestaciones del rival. La línea defensiva tuvo que estar atenta en algunos contragolpes, pero en general respondió con solvencia, permitiendo que el partido se jugara en campo contrario durante largos tramos.
El empate le permite a Nacional mantenerse con opciones de clasificar al grupo de los ocho, aunque sigue sin consolidar una idea de juego clara. Para Diego Arias, el desafío será encontrar un equilibrio entre la intensidad ofensiva y la solidez en la última línea. El plantel tiene figuras importantes, pero aún necesita afinar su funcionamiento colectivo, especialmente en partidos donde el rival cierra espacios y obliga a tener mayor precisión.
Atlético Nacional regresará a casa con un punto que, por cómo se dio, sabe a victoria, pero con la obligación de corregir en lo futbolístico. El empate en Tunja sirve como una muestra de carácter, pero también evidencia que el margen de error es mínimo en este tramo final del torneo. Con seis fechas por disputar, cada presentación será determinante para recuperar el protagonismo que exige la historia del club.