Un grupo de más de 40 deportistas internacionales, pertenecientes al colectivo “Atletas por la Paz” (Athletes 4 Peace), firmó una carta en la que solicitan a la UEFA la suspensión inmediata de Israel de todas las competiciones internacionales, en respuesta al conflicto en la Franja de Gaza y a las acusaciones de genocidio contra la población civil palestina.
La iniciativa fue impulsada principalmente por la organización británica Nujum Sports, que representa a atletas musulmanes, aunque también se han sumado jugadores no musulmanes y sin religión. La acción se aceleró tras la muerte en agosto de 2025 de Suleiman al-Obeid, conocido como el “Pelé palestino”, quien falleció cuando fuerzas israelíes atacaron a civiles que esperaban ayuda humanitaria en el sur de Gaza, según la Asociación Palestina de Fútbol.
La carta, difundida a través de la plataforma athletes4peace.org, incluye la firma de futbolistas como Hakim Ziyech, Amadou Bakayoko y el argentino Jonathan Benítez, además de jugadores de rugby y boxeadores. En el texto, los atletas sostienen que “el deporte no es neutral ante la injusticia” y que guardar silencio equivale a aceptar que algunas vidas valen menos que otras. Por ello, llaman a establecer una norma única para todas las naciones, sin dobles raseros en la aplicación de sanciones deportivas.
La petición se centra en tres puntos concretos:
- Suspender a Israel de la UEFA hasta que cumpla con el derecho internacional.
- Aplicar sanciones deportivas de forma equitativa a cualquier país que viole normas internacionales, sin excepciones.
- Reconocer el papel de los atletas como defensores de la justicia y los derechos humanos en escenarios de conflicto.
El colectivo sostiene que el deporte, por su carácter global y su influencia social, no puede ser indiferente frente a la violencia, la ocupación y las violaciones de derechos humanos. Así, buscan sentar un precedente en el mundo deportivo y presionar a las principales instituciones, en especial a la UEFA y a la FIFA, para que asuman una postura clara frente a Israel, como ya lo solicitaron recientemente algunos relatores de la ONU.
En síntesis, el movimiento Atletas por la Paz plantea que el deporte debe ser un espacio de justicia y solidaridad, y no de complicidad con los Estados acusados de violar el derecho internacional. La carta se convierte en un acto de presión simbólica y política, cuyo eco puede abrir un debate mayor en el ámbito deportivo sobre las sanciones internacionales y el papel de los atletas en la defensa de los derechos humanos.


