Aterrador: herido fue asesinado en una ambulancia de la Misión Médica

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La noche del pasado viernes se convirtió en una pesadilla para los habitantes de Ricaurte, Nariño. Lo que parecía ser una jornada tranquila en el centro del municipio terminó en tragedia cuando las balas rompieron la rutina, dejando tras de sí una escena propia de una novela criminal.

El primer hecho estremecedor se registró frente a un reconocido asadero de pollo. Allí, Darwin Patiño, un humilde taxista, perdió la vida de manera instantánea tras ser sorprendido por sicarios que, sin mediar palabra, dispararon a quemarropa. A su lado viajaba Neiver Nastauás, copiloto y amigo del conductor, quien quedó gravemente herido en medio del ataque.

La confusión y los gritos inundaron el lugar. Vecinos y transeúntes, desafiando el miedo, corrieron a auxiliar al sobreviviente, trasladándolo de urgencia al Hospital de Ricaurte. Los médicos hicieron todo lo posible por estabilizarlo y, al ver la gravedad de sus heridas, decidieron remitirlo a la ciudad de Pasto.

Una emboscada en la vía

Pero el horror no terminaría allí. Horas después, cuando la ambulancia avanzaba por la vía nacional que conduce de Ricaurte a Mallama, hombres fuertemente armados aparecieron en el corregimiento de San Miguel. Con armas largas y actitud intimidante, obligaron al personal médico a detener el vehículo.

En cuestión de segundos, la misión humanitaria quedó convertida en blanco de la barbarie. Según el relato de los profesionales de la salud, los encapuchados irrumpieron en la ambulancia y, sin mostrar piedad, ejecutaron al herido. Neiver Nastauás, quien había luchado por su vida tras el primer ataque, fue ultimado dentro del automotor que debía salvarlo.

Dolor, indignación y miedo

El asesinato en plena ambulancia desató una oleada de indignación. “Es un acto monstruoso, jamás visto en nuestro municipio”, señalaron líderes comunitarios que acompañaron la caravana fúnebre improvisada con la que el cuerpo regresó a Ricaurte.

La comunidad está aterrada. Muchos temen que el municipio se convierta en escenario de una escalada violenta donde nadie, ni siquiera los enfermos trasladados en ambulancias, estará a salvo. La violación a la misión médica constituye no solo un delito atroz, sino también un mensaje de terror para la región. Las autoridades han desplegado operativos en las carreteras y veredas aledañas, con la promesa de capturar a los responsables. Sin embargo, entre los habitantes crece la sensación de desprotección y abandono estatal.


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