Un atentado suicida estremeció este sábado la provincia de Jaiber Pajtunjua, en el noroeste de Pakistán, dejando un saldo de al menos 16 soldados muertos y más de 24 heridos, entre ellos varios civiles, según confirmaron fuentes policiales y de seguridad locales.
El ataque, perpetrado por un grupo vinculado a los talibanes, se produjo cuando un kamikaze embistió con un vehículo cargado de explosivos contra un convoy militar que transitaba por la región tribal de Mir Ali, en el distrito de Waziristán del Norte, una de las zonas más golpeadas por la violencia insurgente en los últimos años.
La explosión ocurrió en pleno toque de queda, impuesto para facilitar el paso seguro de las fuerzas de seguridad. La potencia de la detonación fue tal que destruyó techos de viviendas cercanas e hirió a seis niños, subrayando el impacto indiscriminado del ataque sobre la población civil.
#WATCH : latest visuals of the spot where Suicide car bomb attack hits Pakistan Army convoy in North Waziristan’s Khaddi area. 14 soldiers killed, more than 24 injured. #Pakistan #Waziristan #SuicideBombing #SuicideBomber pic.twitter.com/Zsoz0DbZQC
— UP BK NEWS📰 (@UP_BKSH) June 28, 2025
De acuerdo con reportes de autoridades locales, entre los heridos se cuentan tanto militares como civiles, incluidas mujeres y menores, lo que eleva la preocupación por la seguridad en una región históricamente marcada por la presencia de grupos armados.
La célula Huzaifa Suicide Bombing Cell, afiliada al grupo Aswad ul Harb y con vínculos directos con la red del comandante insurgente Hafiz Gul Bahadar, se atribuyó la autoría del atentado. Las fuerzas de seguridad paquistaníes respondieron de inmediato, acordonando la zona y lanzando una operación de búsqueda ante la posibilidad de nuevos ataques o la presencia de otros insurgentes en los alrededores. Hasta el momento, el Ejército de Pakistán no ha emitido un comunicado oficial detallado sobre el incidente.
El atentado se produjo en medio de una escalada de violencia en las provincias fronterizas con Afganistán, donde el gobierno pakistaní acusa a los talibanes paquistaníes (TTP) de utilizar territorio afgano como base para planificar ataques, una acusación que Kabul rechaza categóricamente.
La inestabilidad en la región se ha intensificado desde el regreso al poder de los talibanes en Afganistán en 2021, lo que ha facilitado la reactivación de células insurgentes en la frontera.


