Fuertes explosiones sacudieron la noche del viernes 2 de agosto la capital de Somalia, Mogadiscio, cuando un atacante suicida se inmoló en un concurrido hotel en la playa de Lido. El ataque, reivindicado por el grupo yihadista Al Shabab, ha dejado hasta el momento un número indeterminado de muertos y heridos.
La explosión inicial ocurrió en el hotel Beach View, un lugar frecuentado por funcionarios gubernamentales. Tras el estallido, un grupo de terroristas abrió fuego contra las personas que se encontraban en la playa.
En estos momentos, el ataque sigue en curso, con un tiroteo entre miembros de Al Shabab y fuerzas especiales del Ejército somalí.
Imágenes compartidas en redes sociales por medios somalíes mostraban ambulancias dirigiéndose al lugar, así como decenas de personas tendidas en la playa, algunas moviéndose y otras inmóviles. Sin embargo, EFE no ha podido verificar si las personas mostradas en las imágenes están fallecidas.
Este atentado se produce después de varios meses de relativa calma en Mogadiscio, una ciudad que ha sido blanco habitual de los ataques de Al Shabab. El grupo terrorista confirmó la autoría del ataque a través de uno de sus portales web.
Desde que el presidente somalí, Hassan Sheikh Mohamud, declaró una «guerra total» contra Al Shabab en agosto de 2022, Somalia ha intensificado sus operaciones militares contra el grupo, con el apoyo de la Misión de Transición de la Unión Africana en Somalia (ATMIS) y, en ocasiones, la colaboración militar de Estados Unidos y Turquía en bombardeos aéreos.
Al Shabab, afiliado a Al Qaeda desde 2012, lleva a cabo frecuentes atentados en Mogadiscio y otras partes del país con el objetivo de derrocar al Gobierno central, respaldado por la comunidad internacional, e instaurar un Estado islámico de corte wahabí (ultraconservador).
El grupo también controla áreas rurales en el centro y sur de Somalia, y extiende sus ataques a países vecinos como Kenia y Etiopía.
Somalia ha estado sumida en un estado de conflicto y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barre, dejando al país sin un gobierno efectivo y en manos de milicias islamistas y señores de la guerra.




