El país continúa consternado por el atentado ocurrido en zona rural de Amalfi, Antioquia, el pasado jueves 21 de agosto, donde un helicóptero de la Policía fue atacado, dejando un saldo de 13 uniformados muertos y 4 más heridos.
El hecho fue atribuido a la estructura 36 de las disidencias de las Farc, comandada por alias Calarcá. Las autoridades ofrecieron una recompensa de hasta 2.000 millones de pesos por alias Alejandro, señalado cabecilla del grupo armado, y hasta 300 millones de pesos por información sobre alias Guaricho y alias Leo o El Eléctrico.
Este sábado 23 de agosto, el presidente Gustavo Petro visitó en el Hospital Central de la Policía, en Bogotá, a los sobrevivientes, acompañado del ministro de Defensa, Pedro Sánchez, y de la cúpula militar.
El mandatario explicó que el ataque fue resultado de una emboscada cuidadosamente planeada:
“El lugar donde se posó el helicóptero ya había sido acondicionado con cilindros explosivos enterrados en el subsuelo. En el momento de evacuar, las cargas fueron activadas, provocando la muerte de la mayoría de uniformados que rodeaban la aeronave”, afirmó Petro.
Videos grabados por los Comandos Jungla evidencian las dificultades que enfrentaron los agentes para llegar hasta el sitio del siniestro, en medio de ráfagas de fusil y la amenaza de un posible ataque con drones.
El ministro de Defensa confirmó que la explosión se debió a los explosivos enterrados en la zona y no a drones, como inicialmente se temía.
Las investigaciones continúan y el Gobierno ratificó su compromiso de dar con los responsables de esta acción violenta que enluta a la Policía Nacional.




