Donald J. Trump, expresidente y actual figura dominante en la política estadounidense, ha manifestado públicamente que su administración está evaluando la posibilidad de llevar a cabo ataques terrestres contra cárteles de drogas en territorio venezolano. Esta postura supone una escalada significativa respecto de las operaciones militares que hasta ahora se han limitado principalmente al mar y zonas marítimas en torno a Venezuela. La declaración ha generado intensa controversia, suspicacias legales y una fuerte respuesta del gobierno de Nicolás Maduro.
Contexto de la escalada militar
Desde septiembre de 2025, el gobierno de Trump ha aprobado múltiples ataques contra embarcaciones sospechosas de transportar drogas desde Venezuela, ejecutados en aguas del Caribe y en alta mar. Estas operaciones, justificadas por Washington como acciones contra “narcoterroristas” o redes delictivas internacionales, han dejado un saldo estimado de 27 personas muertas hasta la fecha.
El 2 de septiembre, por ejemplo, un bombardeo sobre una lancha procedente de Venezuela habría tenido como resultado 11 muertos, según declaraciones del gobierno estadounidense. En esas operaciones marítimas, Trump ha sostenido que el control del mar ha sido dominado por sus fuerzas, lo que abriría paso a una nueva fase de acciones terrestres.
En rueda de prensa desde el Despacho Oval, Trump dijo:
“Ciertamente estamos pensando ahora en la tierra, porque ya tenemos el mar bajo control.”
Asimismo, admitió haber autorizado operaciones encubiertas de la CIA en Venezuela, en línea con informes anteriores que hablaban de una directiva clasificada para llevar a cabo acciones clandestinas contra el régimen de Maduro.
Cuando se le preguntó si esas operaciones podrían incluir acciones para “eliminar” a Maduro, Trump evitó una respuesta clara: “Sería ridículo que yo la respondiera”, afirmó.
Los actores claves: cárteles, “Tren de Aragua” y acusaciones al régimen
En el discurso estadounidense, se ha hecho especial énfasis en el cártel llamado Tren de Aragua, al cual Trump y sus colaboradores han vinculado como una organización que opera en Venezuela con conexiones criminales transnacionales.
Trump ha acusado al gobierno venezolano de permitir o facilitar el flujo de droga hacia EE. UU. y de incluso haber vaciado prisiones para trasladar presos hacia territorio estadounidense. Desde Caracas, Nicolás Maduro ha rechazado esos señalamientos, calificándolos como una excusa para justificar intervenciones militares. Maduro ha convocado ejercicios militares fronterizos y movilizado al aparato estatal para contrarrestar lo que califica como amenazas de invasión.
El gobierno venezolano ha denunciado que se trata de una estrategia para propiciar un cambio de régimen bajo pretexto antinarcóticos, violando su soberanía.
Aspectos legales y críticas
- Soberanía nacional e intervención extranjera
Realizar operaciones militares terrestres en Venezuela sin autorización expresa del gobierno o del Consejo de Seguridad de la ONU implicaría una violación del principio de no intervención y de la Carta de las Naciones Unidas. - Marco jurídico estadounidense y justificación de guerra contra el narcotráfico
La administración Trump ha calificado a ciertos grupos delictivos latinoamericanos como “terroristas” o “organizaciones con estatus de conflicto no internacional”, lo que busca otorgar mayor margen legal para acciones militares extraterritoriales. Sin embargo, críticos legales advierten que dichos pretextos podrían no sostenerse frente a tribunales internacionales o ante el escrutinio del Congreso estadounidense. - Transparencia, supervisión y rendición de cuentas
Hasta ahora, el gobierno norteamericano no ha divulgado pruebas contundentes que sostengan las acusaciones de tráfico o vínculos terroristas de las embarcaciones atacadas, ni ha ofrecido un marco de supervisión independiente. Algunos legisladores y expertos lo han calificado como “muertes extrajudiciales” si no se verifica un contexto de conflicto armado claramente definido. - Riesgos de escalada y reconfiguración del narcotráfico
Una ofensiva terrestre podría desencadenar enfrentamientos con fuerzas venezolanas, provocar daños colaterales y generar una ola de retaliaciones diplomáticas en la región. Además, el crimen organizado podría modificar rutas y estructuras para adaptarse, con efectos impredecibles para países vecinos como Colombia y Brasil. - Implicaciones para la política hemisférica
Un ataque terrestre en Venezuela podría tensar las relaciones de EE. UU. con otros países latinoamericanos, activar condenas en organismos multilaterales y generar una crisis diplomática de magnitudes superiores al actual conflicto marítimo.
¿Qué sigue ahora?
- Trump y su equipo deberán decidir si formalizan una orden ejecutiva o declaratoria militar que permita operaciones terrestres, lo cual requeriría definiciones legales claras y probablemente debate en el Congreso de EE. UU.
- Venezuela responderá con movilizaciones políticas y militares, al tiempo que invocará apoyo en foros internacionales.
- Países latinoamericanos críticos del intervencionismo podrían convocar a organismos como la OEA o la ONU para denunciar estas acciones.
- La comunidad internacional exigirá evidencias concretas sobre las acusaciones de narcotráfico y una justificación válida bajo derecho internacional.




