La población de Mondomo, en el municipio de Santander de Quilichao (Cauca), despertó en medio del pánico y la devastación tras el violento ataque terrorista perpetrado por las disidencias de las Farc. El hecho dejó un panorama desolador: más de 50 viviendas, locales comerciales y estructuras comunitarias quedaron reducidas a escombros debido a las explosiones y los intensos hostigamientos armados.
Según las autoridades, los atacantes habrían detonado artefactos explosivos cerca del casco urbano, generando una onda expansiva que arrasó con fachadas, techos y establecimientos de la zona. La comunidad reportó también daños en vehículos y afectaciones a la infraestructura eléctrica, que dejaron por varias horas sin servicio a decenas de familias.
La vía Panamericana, corredor estratégico entre el suroccidente y el centro del país, continúa con restricciones de movilidad, debido al riesgo de nuevos ataques y a la presencia de artefactos sin detonar. Tropas del Ejército y unidades especializadas de antiexplosivos permanecen en la zona para asegurar el área y garantizar el retorno seguro de los habitantes.
Líderes locales y organizaciones humanitarias han pedido apoyo urgente para las familias afectadas, muchas de las cuales perdieron sus viviendas y medios de sustento. El ataque vuelve a poner en evidencia la crítica situación de orden público en el norte del Cauca, donde distintos grupos armados ilegales mantienen una disputa por el control territorial.
