Recientemente la cárcel Villahermosa de Cali volvió a ser escenario de violencia. Hacia las 11:50 a. m., se escucharon dos disparos cerca del ingreso al Establecimiento de Reclusión del Orden Nacional (Eron), ubicado en el sector de Villanueva, al oriente de la ciudad. La directora del penal, María Lorena Serrano, reportó lo ocurrido al director regional Occidente del Inpec, Guillermo Andrés González. Según informó, “se recuperaron dos vainillas calibre 9 milímetros, entregadas a la Policía Judicial, y se ordenó reforzar las medidas de seguridad”. Aunque no hubo heridos ni daños, el ataque encendió las alarmas.
La revisión de cámaras no permitió identificar responsables, debido a fallas en el sistema de videovigilancia. La Policía ya está al tanto del caso. Este hecho se suma a otro ocurrido tres semanas antes, cuando dos hombres armados en moto dispararon contra la entrada del penal. Uno fue capturado. La directora ha denunciado amenazas en su contra, al igual que su antecesora, y sugiere que estos ataques estarían relacionados con disputas por control interno. “El apoyo de la Policía ha sido clave, pero seguimos pidiéndole al Gobierno que nos apoye un poco más. Esto no solo pasa aquí”, afirmó. A esto se suma la crisis por hacinamiento. En Villahermosa, cientos de internos duermen en pasillos. Un proyecto de ampliación prometido en 2018 no se ha cumplido. La Alcaldía anunció un centro de detención temporal y, a futuro, una cárcel distrital, pero los avances aún son mínimos.




