En una noche aciaga para el Atalanta, el equipo italiano fue completamente superado por el PSG, cayendo por un contundente 4-0 en el Parque de los Príncipes en París, en la jornada inaugural de la Liga de Campeones de la UEFA. A pesar de sus esfuerzos, el conjunto dirigido por Gian Piero Gasperini no pudo hacer frente al dominio absoluto de los franceses, que mostraron una superioridad casi total en todos los aspectos del juego. Con una posesión de balón del 67% frente al 33% de Atalanta, los italianos quedaron atrapados en su propia mitad, incapaces de generar el tipo de jugadas que les permitieran marcar la diferencia.
El partido se desarrolló con el PSG llevando la batuta desde el primer minuto, registrando un total de 22 remates, 13 de ellos dirigidos al arco. En contraste, Atalanta apenas consiguió 7 remates, de los cuales solo 2 fueron al objetivo. Esta diferencia en la producción ofensiva fue una clara muestra de la incapacidad de Atalanta para penetrar la defensa del PSG y generar oportunidades claras de gol. La escasa presencia ofensiva de los italianos resultó en una frustrante jornada, donde su ataque no logró hacerle daño a una defensa parisina que no permitió resquicios.
El desequilibrio en la posesión de balón también fue un factor determinante. Con solo un 33% de posesión, Atalanta quedó prácticamente impotente para ejecutar su estilo de juego, caracterizado por rápidas transiciones y presión constante. Mientras el PSG dominaba el juego con calma, manteniendo un 67% de la posesión, los de Gasperini se vieron arrastrados a un estilo de juego reactivo, donde no pudieron nunca imponer su ritmo. Este desajuste en la posesión del balón les impidió generar el tipo de jugadas que les han dado éxito en otras competiciones.
Además de la posesión, las estadísticas de pases revelaron la magnitud de la diferencia en el control del juego. El PSG completó 711 pases con una precisión del 91%, mientras que Atalanta logró apenas 343 pases con una efectividad del 81%. Esta diferencia en los porcentajes de pases refleja una falta de fluidez en el juego de Atalanta, incapaz de mantener la posesión o distribuir el balón con la misma calidad que el PSG. La presión constante del equipo local impidió que los italianos pudieran encontrar opciones claras y se vieron obligados a jugar al pelotazo sin conseguir conectar las piezas de su juego.
En el apartado defensivo, Atalanta también sufrió de manera notable. El equipo cometió 11 faltas a lo largo del encuentro, intentando frenar el ataque parisino, pero sin lograr cortar el ritmo de juego del PSG. Mientras tanto, el equipo de la capital francesa apenas cometió 5 faltas, mostrando una notable disciplina y control del partido. Esta diferencia no solo reflejó la frustración del Atalanta, sino también la falta de capacidad para recuperar balones o interrumpir las ofensivas del PSG, que constantemente llegaban al área rival con peligro.
El partido culminó con un tercer gol de Nuno Mendes al minuto 51, y un cuarto tanto de Gonçalo Ramos en el tiempo de descuento (90+1’), sellando una derrota difícil de digerir para Atalanta. El equipo italiano mostró pocas opciones para contrarrestar el dominio del PSG y, en consecuencia, no pudo evitar quedar relegado a una posición defensiva casi permanente. La derrota por 4-0 deja en evidencia las debilidades de Atalanta en este encuentro, particularmente en lo que respecta a la posesión, la creación de jugadas y la defensa. Con solo un 33% de posesión, Atalanta tuvo pocas oportunidades de marcar la diferencia y mostró la necesidad de mejorar en estos aspectos para futuras competiciones internacionales.




