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Un tribunal de Japón condenó a 10 años de cárcel a Ryuji Kimura, un japonés de 25 años, por haber lanzado un cilindro explosivo en 2023 contra el primer ministro de aquel país, Fumio Kishida, en un suceso del cual resultó ileso.
El juzgado de Wakayama, al oeste de Japón, dictó el veredicto por cinco crímenes, entre los que se incluyen el intento de homicidio y la infracción a la Ley de Control de Explosivos, entre otros. Por otro lado, los letrados del imputado sostuvieron que su propósito no era asesinar al exmandatario, Fumio Kishida, sino infligirle perjuicios.
La Fiscalía, que exigía 15 años de cárcel, indicó que en una prueba de explosivos llevada a cabo por el imputado un mes antes del suceso, logró demostrar que el arma de producción propia poseía la habilidad de asesinar.
«Existía la posibilidad de que este incidente impactara seriamente en la política del país e impactara también en la campaña electoral en un suceso que pone en peligro los fundamentos de la democracia», sostuvo la Fiscalía y agregó que se requería «un castigo severo» para frenar la producción de armas basándose en información hallada en la red.
El Ejecutivo de Japón respondió a la sentencia afirmando que el caso ocurrió durante la campaña electoral y que las elecciones constituyen el fundamento de la democracia, «por lo que no podemos ceñirse a la violencia».
«Utilizando este caso como ejemplo, aspiramos a fomentar la seguridad en las elecciones gracias al entendimiento del pueblo japonés y el respaldo de las autoridades», declaró hoy Yoshimasa Hayashi, representante del gobierno japonés, en una conferencia de prensa.
