Israel lanzó en la madrugada del viernes 13 de junio de 2025 una ofensiva aérea de gran envergadura contra Irán, empleando alrededor de 200 aviones de combate para atacar más de un centenar de objetivos nucleares y militares, principalmente en Teherán y otras ciudades clave.
El ataque, bautizado como Operación León Creciente, fue ejecutado por las Fuerzas de Defensa de Israel y el Mossad sin participación estadounidense, con el objetivo declarado de frenar el avance del programa nuclear iraní, que Israel considera una amenaza existencial y que, según su gobierno, podría dotar a Irán de armas atómicas en menos de un año.
🚀💥#ULTIMAHORA Israel está bombardeando Teherán, Irán. Netanyahu avanza en su estúpido objetivo de una guerra total con Medio Oriente. Las consecuencias van a ser letales para todo el planeta. Estados Unidos evacúa bases militares a marchas forzadas.
— Alex Monday (@AMBcancun) June 13, 2025
Tercera Guerra Mundial
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Entre las víctimas mortales confirmadas se encuentra el general Hossein Salami, jefe de la Guardia Revolucionaria iraní, así como dos destacados científicos nucleares. Irán ha prometido una respuesta severa y lanzó drones hacia territorio israelí, mientras en Israel se declaró el estado de emergencia y se movilizó a miles de reservistas ante la expectativa de represalias.
El reciente ataque aéreo israelí contra instalaciones nucleares y militares en Irán ha generado una ola de reacciones internacionales que reflejan la preocupación global por la escalada del conflicto en Oriente Medio. La ofensiva, realizada en la madrugada del 13 de junio de 2025, ha puesto en alerta a gobiernos y organismos multilaterales, que llaman a la moderación y a evitar una confrontación mayor.
Reacciones a nivel mundial
Estados Unidos, aunque no participó directamente en la operación, expresó un apoyo cauteloso a Israel. El secretario de Estado, Marco Rubio, calificó el ataque como una acción unilateral necesaria para la defensa israelí, pero subrayó la prioridad de proteger a las fuerzas estadounidenses en la región y evitar una escalada. La Casa Blanca, por su parte, ha elevado la alerta y tomado medidas preventivas, incluyendo la evacuación de personal diplomático y familiares de militares en zonas de riesgo.
La Unión Europea, a través de un comunicado conjunto, instó a todas las partes a actuar con máxima moderación para evitar que el conflicto se extienda. Francia reconoció el derecho de Israel a defenderse, pero pidió contención, mientras Alemania y Reino Unido advirtieron sobre los riesgos de una mayor desestabilización regional. La UE calificó la situación como “peligrosa” y urgió a reducir tensiones cuanto antes.
Desde Asia, China manifestó su seria preocupación por las consecuencias de las hostilidades y ofreció desempeñar un papel constructivo para aliviar la crisis. Rusia, aunque aún no ha emitido una declaración oficial detallada, es observada con atención por su influencia en la región y su histórica alianza con Irán.
En el mundo árabe, las reacciones fueron mayoritariamente críticas hacia Israel. Arabia Saudí condenó las acciones israelíes y pidió a la comunidad internacional asumir responsabilidad para detener la agresión. Turquía también condenó los ataques y enfatizó la necesidad urgente de detener la violencia. Omán advirtió que la ofensiva podría desencadenar un conflicto a gran escala y complicar las negociaciones nucleares en curso.
El secretario general de la ONU, António Guterres, expresó su profunda preocupación y llamó a todas las partes a ejercer la máxima moderación para evitar una escalada que podría desestabilizar aún más una región ya convulsa. Por su parte, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, calificó la ofensiva israelí como una acción unilateral y aseguró que los países aliados trabajan para reducir las tensiones.
En Israel, el ministro de Defensa, Israel Katz, declaró el estado de emergencia y advirtió sobre un posible ataque inminente con misiles y drones por parte de Irán. Las Fuerzas de Defensa de Israel aseguraron que la operación fue una respuesta necesaria a años de amenazas y ataques iraníes, y que están preparadas para una campaña prolongada, enfatizando la resiliencia de su población como clave para enfrentar la crisis.
En síntesis, la comunidad internacional se encuentra en un momento crítico, con llamados urgentes a la contención y la diplomacia, mientras la tensión entre Israel e Irán amenaza con desencadenar un conflicto de mayor escala que podría afectar la estabilidad global.




