Así fueron los últimos momentos de vida de Jorge Bolaño

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Jorge Eladio Bolaño Correa vivió sus últimos días con la vitalidad y sencillez que siempre lo caracterizaron. Nada en su rutina reciente hacía presagiar el trágico desenlace que lo sorprendió el domingo 6 de abril en Cúcuta, ciudad donde había construido una nueva vida junto a su esposa Andrea Rocío Pérez Contreras y donde trabajaba como formador de jóvenes talentos en el fútbol.

El exjugador del Junior y de la Selección Colombia llevaba una semana activa y llena de momentos significativos. El sábado asistió con entusiasmo a un partido de la categoría sub-20 del Cúcuta Deportivo. Ya el domingo por la mañana, fue visto sonriente en la iglesia Santa Ana, participando de la misa de las 11:00 a. m. con su habitual amabilidad. Saludó a los feligreses, compartió una charla con el sacerdote y se tomó una fotografía que hoy circula en redes sociales como el último testimonio de su presencia serena y espiritual.

Todo parecía marchar con normalidad. Quienes lo vieron ese día lo describen como un hombre saludable, enérgico, animado. El mismo jueves anterior había conversado con su hermano Óscar Bolaño, también exfutbolista, sin que hubiese señales de preocupación. “Yo lo vi normal, estaba bien”, recuerda Óscar, aún conmocionado por la inesperada pérdida.

Pero ese mismo domingo en la tarde, la tranquilidad dio paso a la tragedia. Jorge participaba de una fiesta infantil en honor al sobrino de su esposa, un pequeño de tres años. Había estado cantando, bailando, compartiendo con alegría, como solía hacerlo. Fue en medio de ese ambiente familiar y festivo cuando sufrió el primer infarto.

De inmediato fue trasladado a un centro asistencial, donde recibió atención médica y se estabilizó parcialmente. Sin embargo, cuando los médicos se disponían a trasladarlo a otra clínica con mayor capacidad, Jorge sufrió un segundo y fulminante ataque al corazón. No hubo tiempo. Su vida se apagó repentinamente, dejando una profunda huella en su familia, amigos y en toda la comunidad futbolística del país.

Su muerte no solo ha sacudido a sus seres queridos, sino también a generaciones de aficionados que lo recuerdan por su entrega en la cancha, su carisma fuera de ella y su legado como parte de la histórica camada del Junior de los 90. Jorge Bolaño se fue como vivió: con una sonrisa, rodeado de cariño, dejando huellas en el fútbol y en el corazón de quienes lo conocieron.


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