A pesar de la notable asistencia al funeral de Juan Sebastián Aguilar, el destacado esmeraldero boyacense y zar de la seguridad privada, conocido como ‘Pedro Pechuga’, la ceremonia del pasado sábado 10 de agosto estuvo marcada por la notable ausencia de numerosos personajes y personalidades que en su momento se beneficiaron significativamente de su influencia y apoyo.
El funeral se realizó en una exclusiva zona del norte de Bogotá, con la misa celebrada por el obispo de Chiquinquirá, monseñor Luis Felipe Sánchez Aponte. La ceremonia comenzó a las 2:00 p.m. y se extendió por casi una hora. Durante el servicio, se realizaron dos intervenciones: una de la Corporación Boyapaz de Chiquinquirá, que generó confusión entre los asistentes debido a la posible lectura incorrecta del documento, el cual parecía corresponder a un acta de reunión más que a un mensaje de condolencias.
A pesar de la multitud de personas que acudieron a rendir homenaje a Aguilar, notablemente ausentes estuvieron aquellos individuos que, según se afirma, en el pasado le debieron sus ascensos y éxitos profesionales a la influencia de ‘don Pedro’. Varios de estos personajes, quienes en los últimos años han ocupado cargos relevantes, fueron vistos cerca del lugar del funeral pero decidieron no asistir. Al parecer, su reticencia a participar en el evento se debe a una posible preocupación por las implicaciones sociales y políticas de asociarse con Aguilar en su momento final.
El hecho de que Aguilar no enfrentara ninguna investigación o problema con las autoridades no evitó que su funeral se viera afectado por la deserción de aquellos a quienes ayudó durante su vida. La ausencia de estas figuras ha causado sorpresa y malestar entre los asistentes, quienes esperaban ver a los protagonistas de la esfera pública que habían sido beneficiados por el apoyo del esmeraldero.
En contraste, la presencia más emotiva y significativa fue la de la hija menor de Juan Sebastián Aguilar. Su intervención conmovió a los presentes cuando compartió un recuerdo personal sobre su padre, sugiriendo que aquellos que lo apreciaban lo recordaran con la canción “África” de Toto, una de las favoritas de Aguilar. Aunque la hija de Aguilar admitió con humor que su padre no conocía bien las letras de las canciones, su emotiva despedida resaltó el cariño y la admiración que su familia le tenía.
