El martes 24 de junio, hacia las 3:20 de la madrugada, un fuerte deslizamiento destruyó al menos 50 viviendas en la vereda Granizal, ubicada entre Medellín y Bello. La avalancha de lodo y piedras sepultó a decenas de personas mientras dormían. Así fue el derrumbe que arrasó un barrio completo en Bello.
La tragedia dejó 10 muertos confirmados, 15 desaparecidos y más de 1.200 evacuados, según reportó la alcaldesa de Bello, Lorena González. El desastre se produjo tras el represamiento de la quebrada La Negra, lo que desató una ola de tierra que se desplazó por más de tres kilómetros.
Algunos sobrevivientes, como Héctor Tobón, relataron que intentaron advertir el peligro, pero no lograron evitar la tragedia. “Nosotros montamos frentes de trabajo y hasta teníamos campaneros, pero la montaña no perdonó”, lamentó.
Rescate entre el fango y el miedo por un nuevo derrumbe
El Cuerpo de Bomberos de Bello suspendió temporalmente las labores de rescate por riesgo de colapso adicional en la montaña. El capitán Nelson Zuluaica anunció que los trabajos continuarían solo si los geólogos avalan la estabilidad del terreno.

Los equipos de rescate enfrentan otro problema crítico: un tubo de agua roto que inunda la zona y vuelve el suelo más inestable. El Siata trabaja en la instalación de sensores de alerta y luminarias para seguir las búsquedas incluso en la noche.
A pesar del peligro, habitantes de la zona siguen removiendo escombros por su cuenta, buscando a familiares y vecinos entre el barro. El saldo puede aumentar en las próximas horas.
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Así ayudan a los damnificados de la tragedia en Bello; Así fue el derrumbe que arrasó un barrio completo en Bello
La Alcaldía de Bello habilitó varios puntos para recibir donaciones. Las ayudas pueden llevarse a la sede de la Defensa Civil (calle 45C #58E-57, barrio Salento) y al Concejo de Bello, ubicado en el parque principal.

Se solicita ropa en buen estado, cobijas, alimentos no perecederos e implementos de aseo. Las más de 50 familias afectadas permanecen en albergues como Regalo de Dios, Fe y Alegría Grijelmo, La Piscina Euclides, Oasis de Paz y Casa Bethania.
Las autoridades estudian la entrega de subsidios de arriendo o reubicación definitiva, ya que la zona no ofrece condiciones seguras para el retorno. El deslizamiento arrasó un asentamiento que, aunque irregular, albergaba a cientos de personas que habían hecho de allí su hogar.




