El pasado sábado 21 de septiembre en horas del mediodía se dio a conocer un asesinato al interior de la cárcel Coiba de Picaleña, al parecer, todo fue a raíz de un enfrentamiento entre un privado de la Libertad y Walter Quintero Toro más conocido como alias ‘Waltersito’. En medio de testimonios y declaraciones se pudo establecer que Walter recibió más de 10 puñaladas en su pecho y parte del abdomen, heridas que fueron necesarias para acabar con la vida de dicho interno.
Ataque
De manera extraoficial dimos cuenta que el recluso víctima de este asesinato habría ingresado hace aproximadamente 10 días y era proveniente de Palmira, en cuanto a su historial familiar se estableció que sería el sobrino de uno de los herederos de los negocios ilícitos en el centro del Valle del Cauca, hablamos del reconocido narcotraficante Ramón Quintero conocido en su ciudad y en su mundo de drogas como alias ‘RQ’, Ramón habría sido extraditado a los Estados Unidos en el año 2011.
Antecedentes
En cuanto al autor material, responde al nombre de Carlos Eduardo Jiménez Barrero, alias ‘El Gavilán’ de 46 años de edad ubicado en el pabellón 34, Carlos una vez atacó a Walter y vio que estaba sin vida tomó la decisión de entregarse a los guardias del INPEC. Alias ‘Waltercito’ habría sido llevado a la cárcel de la ciudad de Ibagué por el Juzgado Quinto Penal Municipal con funciones de control de garantías de Buga, esto luego de ser capturado en Pereira hace varios años a través de una orden judicial exactamente en el año 20217.
En cuanto al altercado se pudo establecer según las declaraciones del asesino que esto habría sido por unas diferencias y cuentas personales, declaración que será investigada por parte de las autoridades ya que es importante mencionar que por este incidente su pena en la cárcel aumentará.
Condena
Inmediatamente Carlos Eduardo Jiménez Barrero fue presentado ante la Fiscalía directamente por un Juez de control de Garantías de Roncesvalles y se le acusa por el delito de homicidio. En cuanto a sus antecedentes dimos cuenta que se encontraba en la cárcel de Picaleña pagando dos condenas, una de 15 años y otra de 28 años por los delitos de extorsión y tentativa de extorsión.
“El que a hierro mata a hierro muere, la cárcel es un infierno allá no se puede ni dormir, las diferencias personales son hasta por no mirar o por un empuje, cosas insignificantes en la vida son las que lo llevan a uno a muertes, mismas cosas que allá son de calibre, ya estuve allá nunca me metí con nadie pero no falta el que la quiere montar, hay que pensar antes de hacer las cosas para no vivir el verdadero karma de la cárcel y allí sí valorar lo que teníamos afuera empezando por la familia que son los que sufren por uno y los únicos”, expresó un convicto.




