Un nuevo episodio de violencia sacude al norte de la capital. Agustín Aguilar, un hombre con presuntos nexos con el negocio de las esmeraldas y antiguos vínculos con figuras clave del sector minero, fue asesinado en su vivienda en un aparente ataque planeado y ejecutado por un francotirador, según confirmaron las autoridades.
El hecho ocurrió en la calle 138 con carrera 7, en un exclusivo sector de Bogotá, donde Aguilar residía. De acuerdo con la investigación preliminar, el disparo fue realizado desde una zona montañosa cercana a la vivienda, lo que sugiere un acto premeditado.
Vínculos con figuras del mundo esmeraldero
Aguilar no era un desconocido en el mundo de la seguridad privada ni en el entorno de las esmeraldas. Había sido jefe de seguridad del reconocido esmeraldero Víctor Carranza, conocido como «el zar de las esmeraldas», y propietario de la empresa Seguridad Oriental Ltda., compañía dedicada a brindar protección a mineros y empresarios del sector.
Según fuentes cercanas a la investigación, en dicha empresa trabajó también un hombre identificado como García, quien presuntamente estaría vinculado al esmeraldero ‘Pedro Pechuga’, otra figura conocida en el sector de Boyacá. Las conexiones entre estas personas están siendo analizadas por los investigadores como parte del contexto del crimen.
Cabe recordar que Aguilar había sobrevivido a un atentado anterior, ocurrido el 19 de octubre de 2023, lo que refuerza las hipótesis sobre posibles amenazas previas.
Investigación en curso
El caso está siendo investigado por un equipo del CTI de la Fiscalía de Bogotá y un grupo especializado de la Unidad de Vida, quienes ya se encuentran recopilando pruebas y testimonios. También se está a la espera del informe oficial de Medicina Legal y de los resultados de las labores de Policía Judicial.
Hasta el momento, las autoridades no han confirmado si el crimen está directamente relacionado con sus actividades profesionales o sus vínculos en el negocio de las esmeraldas, por lo que se manejan varias líneas de investigación.
Este homicidio se suma a una serie de hechos violentos que, aunque no siempre mediáticos, evidencian la persistente tensión en sectores vinculados a la minería de esmeraldas, donde históricamente han coexistido negocios, poder y conflictos por el control territorial y económico.
La Fiscalía continúa con las indagaciones para esclarecer los móviles del asesinato y dar con los responsables de este crimen que vuelve a poner en la mira el oscuro trasfondo de uno de los negocios más valiosos y peligrosos del país.
