En la carrera 4a con calle 5 de Puerto Rico, corregimiento Puerto Sábalo- Caquetá

El pasado 3 de noviembre de 2024, el docente indígena Darwin Falla fue brutalmente asesinado en la vereda Los Estrechos, en el corregimiento de Puerto Sábalo, Bajo Caquetá, a plena luz del día. El ataque ocurrió alrededor de las 4 de la tarde, y según versiones preliminares, habría sido perpetrado por grupos armados al margen de la ley, posiblemente disidencias de las FARC, que operan en la región. La muerte de Falla ha causado consternación entre la comunidad indígena, pues el docente no solo cumplía con la importante labor de educar, sino que también era un miembro activo de la comunidad, comprometido con el bienestar de su gente.
El docente asesinado
Darwin Falla era docente en la sede educativa Fortunato Real, ubicada en la comunidad indígena de Los Estrechos, donde impartía clases a los niños y jóvenes de la zona. La tragedia no es un hecho aislado, ya que, en la misma área, hace sólo unos meses, también fue asesinado el docente Édison Gómez, quien había sido designado como jurado de votación en las elecciones pasadas. Estos crímenes han generado un clima de miedo e incertidumbre entre los habitantes, quienes viven bajo la constante amenaza del conflicto armado en una región históricamente azotada por la violencia.
Preocupación
La violencia en la región ha sido un factor determinante en el aumento de desplazamientos forzados. Los padres de familia, temerosos por la seguridad de sus hijos, han decidido abandonar sus hogares, trasladándose a otras zonas más seguras, lo que incrementa el número de desplazados en una región que ya enfrenta múltiples desafíos sociales y económicos.
Abandono del Estado
El asesinato de Darwin Falla es solo un reflejo de la situación de abandono y vulnerabilidad que viven las comunidades indígenas del Bajo Caquetá. A pesar de los esfuerzos de algunos defensores de derechos humanos y organizaciones locales, la presencia del Estado sigue siendo insuficiente para garantizar la seguridad, el acceso a la educación y la protección de las comunidades más afectadas por el conflicto armado.
El caso de Darwin Falla, así como el de otros líderes comunitarios y docentes asesinados en la región, pone en evidencia la urgente necesidad de una mayor intervención del Estado para garantizar la vida y la dignidad de las comunidades indígenas y otros sectores vulnerables del Bajo Caquetá. La paz y el respeto por los derechos humanos deben ser una prioridad en esta región olvidada por muchos.
La muerte el profesor caqueteño deja un vacío irremplazable en su comunidad.



