Un nuevo hecho de violencia estremeció al oriente de Cali. En la Calle 124 con Carrera 26F1, del barrio Invicali, fue atacado con arma de fuego un hombre identificado como Erik Calderón Osorio, de 30 años de edad. Fue asesinado cerca de la vivienda donde residía y dejó dos hijos menores de edad.
La víctima se encontraba en plena vía pública cuando fue sorprendido por sus agresores, quienes dispararon en varias ocasiones antes de huir del lugar. Testigos aseguran haber escuchado las detonaciones, pero pocos lograron ver con claridad lo sucedido debido a la oscuridad del sector.
Erik, quien se desempeñaba como soldador y también trabajaba como guardia de seguridad, fue trasladado aún con signos vitales al puesto de salud de Desepaz, donde lamentablemente falleció minutos después por la gravedad de las heridas.
De acuerdo con versiones preliminares, presentaba múltiples impactos por arma de fuego en distintas partes del cuerpo. Las autoridades confirmaron su deceso y abrieron una investigación para esclarecer los móviles del crimen.
Duelo
Amigos y conocidos lo recuerdan como un hombre alegre, juicioso y trabajador. “Siempre estaba sonriendo, era buena gente y muy responsable con todo lo que hacía”, expresó uno de sus compañeros de labores, visiblemente afectado por la noticia.
Su círculo más cercano lo describe como una persona querida, sin conflictos conocidos y dedicada a sus ocupaciones. La noticia de su muerte ha causado consternación entre quienes lo trataban a diario en el barrio.
Funcionarios de Policía Judicial hicieron presencia en el sitio de los hechos y en el centro de salud donde falleció la víctima para iniciar el proceso de investigación. El caso fue asumido por el CTI de la Fiscalía. La comunidad de Desepaz reclama mayor presencia institucional y patrullajes en horas nocturnas, pues aseguran que los actos violentos han aumentado sin una respuesta efectiva.
El cuerpo de Erik será entregado en las próximas horas a sus familiares, quienes se preparan para darle el último adiós en medio del dolor y la incertidumbre. Su repentina partida deja un vacío profundo entre sus seres queridos, quienes aún no comprenden por qué alguien querría hacerle daño a un hombre sin enemigos conocidos.
Mientras tanto, las autoridades reiteran su llamado a la ciudadanía para que brinde información que permita avanzar en el esclarecimiento del crimen. Cualquier dato, por mínimo que parezca, puede ser clave para dar con los autores materiales de este homicidio que enluta a una familia trabajadora de Cali.




