Asesinada de varias puñaladas en el municipio de Santander de Quilichao, norte del Cauca

Andrea Velasco Amaya, occisa.
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Andrea Velasco Amaya perdió la vida, tras ser atacada a cuchillo, al parecer en medio de una riña ocurrida en horas de la madrugada. Su deceso se produjo en una clínica.

Los hechos sangrientos siguen siendo noticia en el municipio de Santander de Quilichao, norte del Cauca. En las últimas horas, las autoridades judiciales confirmaron el asesinato de una integrante de la comunidad LGTBI.

Sector

El incidente se presentó en horas de la madrugada en el sector donde parquean las busetas que prestan el servicio de transporte a distintos municipios. “Personas que transitaban por la zona se percataron que una persona se encontraba ensangrentada, en delicado estado de salud, la cual presentaba dos heridas en la región abdominal. La gente llamó a los organismos de socorro para que le brindaran los primeros auxilios, luego la ingresaron a la sala de urgencias del hospital local donde fue valorada. Debido a la gravedad de las lesiones decidieron remitirla a una clínica de Cali”, explicó el perito.

Deceso

A pesar de haber sido intervenida quirúrgicamente, y de recibir todos los tratamientos correspondientes; horas más tarde falleció. Hasta la morgue de la clínica se desplazaron integrantes de actos urgentes de la Sijin, con el objetivo de llevar a cabo la inspección de cadáver. En los procedimientos legales lograron establecer que se trataba de Wilmer pero quien era más conocida como Andrea Velasco Amaya.

Como la recordaban

Una de sus amigas indicó que Wilmer hace años había colocado una peluquería y que gracias a su forma de ser, tenía buena clientela. “Era un hombre muy simpático, amable, trabajador. Realizaba buenos cortes de cabello. Pasó aproximadamente un año cuando decidió cambiarse de nombre y hacerse llamar Andrea. Uno ya lo veía con los labios pintados, las cejas perfiladas y con maquillaje en su rostro. Pero su amabilidad y su amor a la peluquería era intacta”.

Cambios

La compañera agregó que debido al alto consumo de licor y drogas, su vida dio un giro. “Pasado el tiempo, me llevé la desagradable sorpresa de verlo  en las calles delgado, muy demacrado, pero aún guardaba su sonrisa bella. Andrea, la peluquera, hoy ya no está con nosotros, pues fue víctima de los hechos de intolerancia que a diario se presentan en Santander”.


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