La Fundación Gilberto Alzate Avendaño (FUGA) de Bogotá ha inaugurado un conversatorio y una exposición fotográfica para mantener viva la memoria de las víctimas de desaparición forzada en Colombia. En el marco del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, esta iniciativa cultural ofrece a los ciudadanos un espacio vital para reflexionar sobre este crimen, que ha afectado a miles de personas en el país. El arte y la cultura, entonces, se convierten en herramientas poderosas para visibilizar el dolor, honrar a quienes ya no están y, lo más importante, luchar para que la historia no se repita.
La Lucha por la Verdad y la Justicia
La exposición, que estará abierta al público hasta el 15 de septiembre de 2025, muestra fotografías de las víctimas y sus historias, evidenciando las duras realidades que sus familias enfrentan. La Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (ASFADDES), una organización con una trayectoria de lucha desde 1982, lidera el conversatorio. La coordinadora, Gloria Luz Gómez, explora junto a un experto de la FUGA cómo el arte transforma la vida de quienes buscan a sus seres queridos. De hecho, la labor de ASFADDES ha sido crucial para promover mecanismos jurídicos que sancionen a los responsables y reparen a las familias.
Arte y Memoria en Bogotá, un espacio para no olvida únase al conversatorio
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El Significado de la Desaparición Forzada en Colombia
Históricamente, la desaparición forzada en Colombia ha sido un mecanismo de terror utilizado por diversos actores armados, incluidos grupos paramilitares, guerrillas y agentes del Estado. Solo en el año 2000 el país reconoció el delito de forma explícita, marcando un hito en la lucha de las víctimas. La Comisión de la Verdad, por ejemplo, ha documentado miles de casos y ha resaltado cómo este flagelo impacta a personas de todas las edades y sectores sociales, incluyendo líderes, periodistas, y personas de la comunidad LGBTIQ+. Por consiguiente, actividades como la de la FUGA cumplen una función social vital: humanizar las cifras y recordar que cada víctima tiene una historia.
Arte Como Resistencia y Sanación
El arte se ha convertido en una forma de resistencia para las familias de los desaparecidos, ya que les permite procesar el duelo y denunciar la impunidad. A través de la fotografía, la música, el teatro y los murales, las víctimas y sus seres queridos narran sus experiencias, creando un archivo de memoria colectiva. Además, estos espacios culturales contribuyen a que los funcionarios y la ciudadanía en general vean el conflicto desde una perspectiva sensible y humana. Definitivamente, el dolor y la resiliencia se tejen en cada pieza, ofreciendo un testimonio tangible de una ausencia que persiste.
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El Deber de las Instituciones
La iniciativa de la FUGA subraya el compromiso de Bogotá con la búsqueda de la verdad y la construcción de la paz. Al abrir las puertas a estas narrativas, las instituciones culturales cumplen su deber de reconocer a las víctimas y de fomentar la empatía en la sociedad. Finalmente, estos espacios culturales no solo rinden homenaje a los desaparecidos, sino que también inspiran a las personas a ser agentes de cambio, contribuyendo a la reconciliación y a la no repetición de la violencia.




