Arsenal consiguió una victoria sólida en territorio español tras superar 0-2 al Athletic Club en un duelo en el que los números reflejaron claramente la superioridad del equipo inglés. Con un dominio constante del balón y una gran precisión en su juego, los visitantes impusieron condiciones en San Mamés.
La posesión fue uno de los factores clave. Arsenal controló el 60% del tiempo la pelota, lo que le permitió manejar los ritmos del partido y desgastar a un rival que apenas alcanzó un 40%. Esta diferencia se tradujo en mayor capacidad para construir jugadas y generar opciones ofensivas.
En la circulación del balón también marcaron la diferencia. Los londinenses completaron 427 pases con un 91% de precisión, una cifra que refleja la solidez técnica y la paciencia para encontrar espacios. Por su parte, el Athletic apenas llegó a 242 pases, con una efectividad del 82%, mostrando menos claridad a la hora de hilvanar su fútbol.
El ataque de Arsenal fue más productivo. Aunque ambos equipos registraron 10 remates, los ingleses lograron poner seis disparos en dirección al arco, mientras que el cuadro local solo inquietó en tres ocasiones. Esta eficacia ofensiva resultó determinante para inclinar el marcador en la segunda mitad.
El primer tanto llegó al minuto 72 con la aparición de Gabriel Martinelli, que aprovechó un desajuste defensivo del rival. Más tarde, al minuto 87, Leandro Trossard selló la victoria con un remate certero, confirmando la superioridad de los visitantes en un partido que manejaron con inteligencia y paciencia.
En el aspecto disciplinario, Arsenal acumuló 15 faltas y tres tarjetas amarillas, reflejo de la intensidad con la que defendió cada balón. Aun así, supo equilibrar esa agresividad con orden táctico, evitando que las infracciones lo pusieran en aprietos.
La combinación de dominio en la posesión, precisión en los pases y contundencia en ataque hizo que Arsenal sumara tres puntos clave fuera de casa. Su capacidad para controlar los porcentajes y traducirlos en goles fue la clave de un triunfo que reafirma el nivel competitivo del conjunto londinense.

