La medida también se amplió al exministro de Defensa de Israel, Yohav Gallant, y a Mohammed Deif, uno de los líderes militares de Hamás.
La decisión se fundamenta en que, según el tribunal internacional, existe «evidencia razonable» para afirmar que ambos son responsables de presuntos crímenes de guerra y contra la humanidad, cometidos durante el conflicto que comenzó el 7 de octubre de 2023.
La efectividad de esta orden depende de que los 124 países miembros de la Corte Penal Internacional (CPI), entre los que no se incluyen ni Israel ni Estados Unidos, así lo aprueben. Además, la orden solo se ejecutaría si el primer ministro israelí pisa un país que reconozca la jurisdicción de la CPI.
Por lo tanto, los efectos prácticos de esta decisión no están garantizados.
Al analizar el historial de la CPI, se observa que las órdenes de arresto emitidas en su contra han tenido destinos muy variados. Sin embargo, todas enfrentan obstáculos significativos para concretarse, y las pocas que han tenido éxito han requerido períodos de tiempo prolongados.
En BBC Mundo, te contamos la situación de otros líderes internacionales que han sido procesados por la CPI y lo que ha ocurrido con ellos.
Vladimir Putin
En marzo de 2023, la Corte Penal Internacional emitió una orden de arresto contra el presidente ruso Vladimir Putin, acusándolo de crímenes de guerra por la deportación ilegal de niños de Ucrania a Rusia. La misma orden incluyó a la comisionada rusa para los derechos del niño, Maria Alekseyevna Lvova-Belova. A casi dos años de esa decisión, ninguno de los implicados ha sido arrestado ni extraditado.
La CPI no tiene la autoridad para arrestar a los sospechosos fuera de los países que son firmantes del Estatuto de Roma, acuerdo que no incluye a Rusia. Aunque Putin ha visitado países miembros de la CPI, ninguno ha intentado detenerlo, como sucedió en septiembre de 2023 en Mongolia, miembro del tribunal.
Omar al-Bashir
El 4 de marzo de 2009, la CPI emitió una orden de arresto contra Omar al-Bashir, presidente de Sudán en ese momento, al encontrar pruebas de su responsabilidad en genocidio, crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra relacionados con el conflicto en Darfur. A pesar de ser un país firmante del Estatuto de Roma, Sudáfrica no lo arrestó cuando visitó el país en 2015.
Al-Bashir fue derrocado en 2019, pero aún no enfrenta juicio internacional por los crímenes que se le imputan.
Slobodan Milosevic
El expresidente de Serbia, Slobodan Milosevic, enfrentó un destino diferente al de Putin y al-Bashir. Fue arrestado en 2001 y llevado a juicio ante el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia. Se le acusaba de crímenes de guerra y genocidio, incluidos los cometidos en Bosnia, Croacia y Kosovo.
Milosevic murió en su celda en La Haya en 2006, antes de que su juicio pudiera concluir.
Charles Taylor
Un caso exitoso de la CPI fue el del expresidente de Liberia, Charles Taylor, condenado a 50 años de prisión por su complicidad en los crímenes cometidos por los rebeldes en Sierra Leona durante la guerra civil. Taylor fue el primer exjefe de Estado condenado por crímenes de guerra en un tribunal internacional desde los juicios de Nuremberg.
Actualmente, Taylor cumple su condena en el Reino Unido.
Félicien Kabuga
El empresario ruandés Félicien Kabuga, acusado de genocidio por su papel en el asesinato masivo de tutsis en Ruanda en 1994, fue arrestado en París en 2020 después de más de 20 años de evasión. Kabuga fue señalado por financiar y apoyar a los escuadrones de la muerte y por incitar al odio a través de una emisora de radio. Aunque enfrentó un juicio, este fue suspendido debido a problemas de salud mental que le impiden participar significativamente en el proceso.




