Lo que inicialmente se presentó como una oportunidad de generar un ingreso adicional para los propietarios de una vivienda ubicada en el norte de la ciudad, en inmediaciones de la Universidad Surcolombiana, se convirtió en un lamentable pleito jurídico que aún no termina.
Los hechos
Desde el año 2017, la señora Cecilia y su hijo le alquilaron un inmueble a Maryodi Durán por un valor de 800.000 pesos quien mes a mes consignaba en una cuenta de una cooperativa de Neiva.
A pesar de que los dos primeros años todo transcurrió con normalidad, un día la dueña de la casa decidió acudir al sitio para verificar el estado en que se encontraba su propiedad y se encontró con la sorpresa de que las personas que residían allí no solo habían montado un negocio de venta de carnes de razón social “La Katira”, a pesar de haber sido contratado para uso exclusivo residencial, sino que habían empezado a construir al lado siendo esto una zona verde que colinda con un canal de aguas lluvias.
Los problemas

En ese momento y ante la falta de honestidad de Maryobi decidieron no renovar el contrato de arrendamiento, exigiéndoles que desocuparan y que le entregaran la casa tal cual la recibieron.
El asombro llegó cuando los inquilinos se negaron a retirarse, aduciendo que ellos eran muy puntuales en el pago, incumpliendo lo pactado. El problema más grave radica en que para poder construir se deben sacar ciertos permisos con escrituras en mano en las diferentes dependencias municipales, por lo cual se presume que hubo algunas irregularidades de empresas de servicios públicos.
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Los testimonios
“Esta señora construyó sin ningún permiso, en donde es zona verde que no es permitido, como la casa de mi mamá es esquinera prácticamente se adueñó de la casa y del monte que queda al lado”, afirmó Víctor Amaya, afectado.
“Por acá en el barrio todos sabemos que lo que hizo ella es algo ilegal, acá la presidente de la junta, ediles, todo el mundo ha intervenido y hasta ahora nada que devuelven la casa a Cecilia. Un día llegó una maquinaria de Las Ceibas a abrir unos huecos para el alcantarillado, rompieron de lado a lado la avenida, que es bastante transitada y así lo dejaron, a inicios de año dos hermanos que iban en moto se mataron por haber dejado esos rotos así”, afirmó Rosa Elvira Márquez, habitante del sector.
El clamor
Por ahora, la adulta mayor les exige a las autoridades que se apersonen del caso para que no le sigan vulnerando sus derechos como propietaria de esta residencia y que si hay algún organismo público implicado en esta estafa, sea culpado y sancionado.
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Pie de foto: Cecilia Montenegro, afectada y Maryodi Durán, denunciada.




