El próximo 13 de noviembre de 2025 se conmemoran los 40 años de la tragedia de Armero. En ese marco, la Gobernación del Tolima y la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) están avanzando en una “agenda conmemorativa” que busca dignificar víctimas, promover memoria histórica y fortalecer la conciencia sobre riesgos naturales. Como parte de esa agenda, se entregará la primera fase del Parque Jardín de la Vida, un espacio simbólico de memoria, ubicado en el sitio de la antigua ciudad. Además de la conmemoración, la memoria activa cobra protagonismo: sobrevivientes de Armero están utilizando el arte y la danza para mantener viva la historia de su ciudad. Por ejemplo, el grupo folclórico “Danza Brilla el Sol de Armero Guayabal” revive momentos cotidianos de lo que fue la ciudad, como fiestas, ambientes y comunidades que existían antes de la tragedia. Aunque la tragedia ocurrió en 1985 (cuando la erupción del Nevado del Ruiz sepultó la ciudad de Armero), lo que vemos ahora no es solo conmemoración, sino un esfuerzo por reconstruir la memoria colectiva, reconocer la vulnerabilidad ante los desastres naturales y fortalecer la prevención. La intervención del Parque Jardín de la Vida indica que la zona no se pretende simplemente olvidar, sino, al contrario, convertirla en un espacio de reflexión, aprendizaje y homenaje. Las expresiones culturales (arte, danza) ayudan a que la historia de Armero sea vivida por las nuevas generaciones, y no quede sólo en datos o fechas. El reconocimiento institucional (libros, leyes, memorias, comités) muestra que Armero ya no solo es una “ciudad desaparecida”, sino un símbolo nacional de resiliencia, memoria y cambio institucional.



