Leyla Rincón advierte que la decisión de la ANLA afecta 11 mil hectáreas
La Agencia Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) otorgó una licencia ambiental a la multinacional Parex Resources para desarrollar el proyecto «Área de Desarrollo VSM-37» en jurisdicción de Neiva, Tello, Villavieja, Aipe y Baraya. La iniciativa, orientada a la exploración, explotación y transporte de hidrocarburos, cubrirá más de 11 mil hectáreas.
Preocupación
Líderes ambientales han expresado su preocupación ante posibles afectaciones irreversibles a la hidrología del territorio, lo que podría generar una crisis de agua a futuro. La representante del Pacto Histórico, Leyla Rincón, manifestó su rechazo y calificó la aprobación como un “gran desatino”, contrario a la política ambiental del gobierno nacional.
“El proyecto no solo impactará a Neiva, sino que afectará gravemente a Tello, Baraya, Villavieja y Aipe. Se utilizará agua subterránea y superficial, poniendo en riesgo la reserva hídrica de la región”, advirtió Rincón. Además, alertó sobre el peligro de contaminación de la Formación Gigante, un acuífero clave para las futuras generaciones.
En respuesta, sectores sociales y ambientales han propuesto la conformación de un comité cívico y movilizaciones para revertir la decisión. “Debemos analizar las medidas de mitigación, pero sabemos que habrá perforaciones de hasta seis kilómetros de profundidad”, enfatizó la congresista.
Antecedentes muestran que la protesta social ha tenido impacto en decisiones similares. Hace 10 años, una movilización en Neiva logró detener un proyecto de exploración en la cuenca del río Las Ceibas. Ahora, la comunidad del Huila enfrenta un nuevo reto para la defensa de sus recursos naturales.
Preocupaciones sobre el impacto ambiental
La autorización del proyecto VSM-37 ha generado inquietud entre la comunidad científica y los grupos ecologistas. De acuerdo con especialistas en conservación, la intervención en la zona podría alterar el equilibrio ecológico de los ecosistemas locales, afectando no solo la disponibilidad de agua sino también la biodiversidad de la región.
Estudios previos han indicado que los procesos de exploración y explotación de hidrocarburos pueden generar contaminación en los suelos y cuerpos de agua, afectando las fuentes de abastecimiento de las comunidades rurales. Además, las fracturas en el subsuelo ocasionadas por la perforación profunda podrían provocar filtraciones de sustancias químicas peligrosas.
Llamado a la acción
Frente a esta situación, líderes comunitarios han hecho un llamado a la población huilense para unirse en defensa del agua y los recursos naturales. “No podemos permitir que este proyecto comprometa el bienestar de las futuras generaciones. Debemos organizarnos y exigir transparencia en las decisiones que afectan nuestro territorio”, expresó un representante del movimiento ambientalista local.
Se espera que en los próximos días se realicen reuniones informativas y jornadas de sensibilización para discutir las implicaciones del proyecto y definir estrategias de acción. Además, se convocarán expertos en recursos naturales y legislación ambiental para evaluar las posibles vías legales que permitan frenar el avance de la exploración. La articulación con organizaciones nacionales e internacionales será clave para visibilizar la problemática y fortalecer la defensa del agua y la biodiversidad en el Huila. La presión ciudadana será clave para determinar el futuro de esta iniciativa y su impacto en el medio ambiente y las comunidades afectadas.



