
Apple se prepara para dar un salto significativo en la autonomía de sus computadores portátiles. De acuerdo con información filtrada desde sus laboratorios, la compañía está experimentando con celdas de silicio de alta densidad, una tecnología que podría aumentar hasta en un 40% la duración de las baterías de los MacBook.
El proyecto surge como parte de la estrategia de Apple por ofrecer equipos más ligeros, potentes y sostenibles. La incorporación de silicio en las celdas permitiría almacenar más energía en el mismo espacio, reduciendo la necesidad de recurrir a baterías de mayor tamaño. Esto se traduce en jornadas de trabajo más largas sin necesidad de recarga, un factor clave para estudiantes, profesionales creativos y usuarios que dependen de la movilidad.
Además del beneficio práctico, la empresa busca avanzar hacia un modelo de producción más amigable con el medio ambiente. Las nuevas celdas prometen ciclos de carga más duraderos, lo que significa que las baterías podrían conservar su capacidad durante más años, disminuyendo el impacto ambiental del reemplazo frecuente de componentes.
Aunque no hay confirmación oficial, se espera que los primeros modelos con esta innovación lleguen al mercado en 2026, probablemente integrados en la gama de MacBook Pro. Analistas del sector apuntan a que esta evolución podría marcar un nuevo estándar en la industria, forzando a la competencia a acelerar sus propios desarrollos en almacenamiento energético.
Con este movimiento, Apple refuerza su filosofía de integrar avances tecnológicos discretos pero sustanciales, apostando a la experiencia de usuario como su mejor carta de fidelización. El reto será lograr la producción a gran escala sin encarecer los precios de un producto que ya ocupa un lugar premium en el mercado.




