En el año 2017, Alberth Fabián Andrade, zootecnista y apasionado por el mundo apícola, fundó el emprendimiento Apícola Mi Enjambre, una iniciativa que hoy cuenta con 50 colmenas distribuidas en los municipios de Arboleda y Buesaco, en el departamento de Nariño.
El impulso de este proyecto surgió gracias a su formación académica en la universidad de Nariño, especialmente a su participación como cofundador del grupo de estudio de apicultura en su universidad y a su experiencia en la electiva del mismo campo.
“La miel que producimos es de tipo multifloral, completamente pura, ya que nuestras abejas se alimentan exclusivamente de flores”, explica Andrade. El proceso se lleva a cabo con colmenas tecnificadas, garantizando la calidad del producto y el bienestar de las abejas a través de buenas prácticas apícolas que incluyen un manejo responsable, sanidad, nutrición adecuada y control de riesgos.
Retos, logros y sueños
El camino del apicultor no ha estado exento de desafíos. Alberth menciona que las principales dificultades han sido de tipo financiero y climático: “la apicultura depende en gran medida de las condiciones del clima”. Sin embargo, también ha cosechado logros importantes, como el reconocimiento profesional por parte de sus clientes.
Actualmente, comercializa sus productos en un local asignado por la administración municipal en la nueva plaza de mercado de Berruecos. Además de miel, ofrece polen, extracto de propóleos, cera, jalea real y equipos para apicultura.
Uno de sus próximos objetivos es abrir un punto de venta en la ciudad de Pasto para ampliar su cobertura y acercar sus productos a un público más amplio.
Compromiso con el ambiente y la ruralidad
Apícola Mi Enjambre no solo se enfoca en producir miel, sino que también promueve la sostenibilidad ambiental. El emprendimiento utiliza cantidades mínimas de agua, no genera residuos contaminantes y contribuye con la polinización, favoreciendo así la agricultura local.
“Ser apicultor implica una gran responsabilidad con la vida de las abejas. Hay que conocerlas a fondo para trabajar con ellas sin hacerles daño”, afirma Andrade. Por eso, invita a los habitantes de zonas rurales a diversificar su producción: “la apicultura es una alternativa viable que permite evitar los monocultivos y tener nuevas fuentes de ingreso”.
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Autor: Juan Pablo Luna , zootecnista Universidad de Nariño