La reciente defensa pública del presidente Gustavo Petro hacia Armando Benedetti, acusado de violencia de género, ha generado un intenso debate tanto a nivel nacional como internacional. Durante un Consejo de Ministros transmitido en medios de comunicación, Petro justificó la inclusión de Benedetti en su gabinete y minimizó las denuncias en su contra, lo que ha sido interpretado como una muestra de las dinámicas patriarcales presentes en su administración. 
Esta postura ha provocado tensiones internas en el gobierno, con figuras clave como la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, y el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, considerando su renuncia en señal de protesta. La situación pone en entredicho el compromiso del gobierno con la equidad de género y ha suscitado críticas de diversos sectores que esperaban una postura más firme contra la violencia de género. 
Analistas internacionales señalan que este episodio evidencia una relegación del feminismo dentro del proyecto progresista de Petro, cuestionando la coherencia entre su discurso y las acciones de su administración. La controversia subraya la necesidad de una reflexión profunda sobre las prácticas patriarcales en el poder y la importancia de alinear las políticas gubernamentales con los principios de equidad y justicia de género. 
