Hay personas que hacen historia sin buscar aplausos, como Juan Carlos Barragán y quienes hacen parte de la Fundación Amparo San José. Con esfuerzo, solidaridad y amor, han levantado un proyecto que hoy es refugio y esperanza para cientos de adultos mayores.
Cada anciano que llega trae consigo una vida marcada por la soledad o la pérdida, pero aquí encuentran alegría, compañía y dignidad. Con terapias, música, apoyo psicológico y espacios de socialización, esta fundación reconstruye ilusiones.
No es fácil —a veces con las uñas, pidiendo apoyos— pero nunca se rinden. Porque ellos saben que cuidar a nuestros mayores es valorar la historia, honrar las vidas que nos precedieron. Por eso, destacar a estos héroes anónimos es también un acto de justicia y gratitud.
