América logró una victoria contundente por 2-0 frente a León en un encuentro donde los números reflejaron la clara superioridad ofensiva del equipo ganador. Con un total de 19 remates realizados, nueve de ellos a puerta, el conjunto amarillo mostró un ataque persistente que terminó decantando el marcador a su favor.
A pesar de tener menos posesión de balón, con un 46% frente al 54% de León, América supo capitalizar las oportunidades generadas y mantuvo un juego dinámico que generó constante peligro en campo contrario. La efectividad en los remates y la presión ejercida en momentos clave fueron decisivos para controlar el ritmo del partido.
Los tiros de esquina también favorecieron a América, que logró ocho córners frente a dos de su rival, evidenciando su capacidad para crear ocasiones a partir de jugadas a balón parado. Esta ventaja en balones detenidos se tradujo en mayor presencia ofensiva y múltiples chances para poner en aprietos a la defensa rival.
En el apartado defensivo, América cometió más faltas, con 13 infracciones contra 9 de León, lo que denota un estilo de juego agresivo y un esfuerzo constante por recuperar la pelota. Sin embargo, el equipo amarillo mostró disciplina al recibir solo una tarjeta amarilla y ninguna expulsión, manteniendo la intensidad sin perder el control.
El equipo rival, León, pese a tener mayor posesión (54%), se mostró menos peligroso en ataque, con apenas seis remates y solo uno dirigido al arco. Esta disparidad en volumen y precisión de disparos fue un factor determinante para que América pudiera sostener la ventaja y mantener el arco en cero.
Otro dato relevante fue la cantidad de pases y precisión, donde el partido no reportó cifras detalladas, pero se evidenció una tendencia de América a priorizar la verticalidad y la efectividad en sus jugadas ofensivas, más que la posesión prolongada. Esta estrategia permitió desequilibrar a un León que intentaba controlar el balón sin generar suficiente profundidad.
Finalmente, América cerró el partido con un solo fuera de juego a su favor, lo que indica un juego ofensivo bien coordinado y sin caer en posiciones adelantadas que anularan jugadas importantes. La combinación de alta cantidad de remates, precisión en el ataque y disciplina defensiva fue la clave para asegurar un triunfo sólido que mantiene al equipo en una posición favorable.
