América de Cali igualó 1-1 ante Junior en la segunda fecha del Torneo Clausura, un resultado que deja varias lecturas estadísticas para el equipo dirigido por David González. El equipo escarlata mostró dominio parcial, pero careció de la contundencia necesaria para asegurar la victoria en casa.
En términos de posesión, América mantuvo un control del balón del 52%, una ligera ventaja que refleja el intento constante de manejar el ritmo del partido. Este dato es clave, ya que en los últimos cinco partidos en casa, el equipo ha promediado una posesión del 55%, mostrando cierta estabilidad en su estilo de juego.
El equipo generó un total de 7 remates al arco, aunque solo uno logró convertir en gol, lo que refleja una tasa de efectividad del 14.3%, un porcentaje bajo si se compara con el promedio histórico del club en torneos anteriores, que ronda el 20%. Esto evidencia que aunque el volumen de ataque fue aceptable, la precisión en el último toque sigue siendo un área a mejorar.
Defensivamente, América sufrió con la presión en los últimos minutos, lo que se tradujo en la concesión del gol visitante. Estadísticamente, el equipo registró un 85% de precisión en pases en terreno propio, pero dicha efectividad bajó a un 72% en campo contrario, un indicio de la dificultad para conectar jugadas ofensivas claras.
El gol de Cristian Barrios a los 63 minutos fue el reflejo del dominio territorial y la capacidad de aprovechar espacios que el equipo ha demostrado en casa. Sin embargo, la falta de precisión en las terminaciones impidió que el marcador se ampliara.
Por otro lado, la doble expulsión en los minutos finales afectó el balance numérico del América, impactando negativamente las estadísticas de presión y recuperación en el tramo decisivo del partido. Esto también influye en la capacidad del equipo para mantener su nivel de posesión y ataque en futuros compromisos.
En resumen, América de Cali mostró estadísticas sólidas en posesión y creación, pero la baja efectividad en remates y los problemas disciplinarios condicionaron el resultado final, que dejó al equipo con solo un punto en el Grupo A. El reto para David González es claro: mejorar la contundencia sin perder el control del balón y mantener la concentración para evitar sanciones que desbalanceen el equipo.



