Sumidos en el pánico, se encuentran los familiares de quien en vida se llamó Álvaro Bedoya Gómez de 39 años, el cual, según información de su pareja sentimental en ese instante, de quien omitiremos el nombre por seguridad, fue asesinado a traición el pasado 10 de Julio del año 2004 cuando se encontraba realizando una llamada en una cabina cerca de su residencia.
Según información de algunos de sus allegados, el señor Álvaro, se encontraba justo en la carrera 51 #17-28, del barrio Samanes de Guadalupe, realizando una llamada y a la vez disfrutando de una cerveza, cuando de un momento a otro fue sorprendido por dos sujetos, y uno de ellos lo tomó por la espalda, para inmovilizarlo al mismo tiempo que le disparaba a quema ropa en la cabeza, dejándolo tendido en dicho lugar sin signos vitales.
Rápidamente, las personas que transitaban por ese lugar, al evidenciar lo que estaba sucediendo , de inmediato salieron corriendo en busca de refugio, ante el peligro de una bala mal direccionada, mientras los emisarios de la muerte aprovechaban el caos para salir huyendo de la escena del crimen sin dejar rastro alguno; posteriormente los dolientes del mencionado al enterarse de lo ocurrido llegaron hasta dónde se encontraba el infortunado hombre ya sin signos vitales, y entraron el chok ante lo ocurrido.
Al lugar de los hechos llegaron las autoridades, los cuales al evidenciar que el hombre estaba sin vida, de inmediato realizaron el respectivo acordonamiento de la escena del crimen, para evitar que los curiosos contaminaran el lugar, al mismo tiempo que le daban paso a los investigadores de la fiscalía quienes eran los encargados de la recopilación de evidencias, y testimonios de las personas que presuntamente habían presenciado el vil asesinato.
Para la familia Bedoya Gómez, las cosas no pararon con la muerte de su ser querido, sino que cada día se fueron poniendo más críticas, tras recibir amenazas de muerte en contra de sus vidas, a tal punto que las hijas menores optaron por salir del pais, porque a pesar de haber pasado tantos años desde el vil asesinato de su padre, aún las amenazas siguen haciendo imposible que continúen sus actividades comerciales, y hoy temen por el resto de su núcleo familiar, a quienes deben sacar de Colombia lo antes posible. El crimen se perpetro en el año 2004, y aún continúan las amenazas en contra de sus allegados




