Tatiana Acosta, afirma que la agresora amedranta constantemente a más mujeres.
Tatiana Acosta, residente de Ibagué, ha hecho un llamado a denunciar un caso de amenazas de muerte e intimidaciones tanto para ella como para su hija. Esta situación ha generado preocupación y una aparente falta de acción por parte de las autoridades, especialmente la Fiscalía General de la Nación.
Acusaciones
Tatiana ha sido víctima de amenazas y acusaciones infundadas por parte de una mujer y un hombre, quienes aparentemente fueron su compañero sentimental en algún momento. La última amenaza recibida fue el sábado pasado, cuando un hombre que al parecer se llama Camilo Rojas y le advirtió sobre un posible ataque que podría poner en riesgo su vida y la de su hija.
Evidencias
Estas amenazas han sido constantes durante los últimos dos años, manifestándose a través de redes sociales, WhatsApp y llamadas telefónicas. Tatiana ha presentado ocho denuncias públicas y cuenta con evidencia, incluyendo grabaciones de las llamadas, sin embargo, siente que la justicia no ha actuado con la debida celeridad. A pesar de las demandas por violencia intrafamiliar y calumnia, las autoridades no han logrado contener las amenazas, lo que ha afectado su tranquilidad y la de su familia.
Implicados
La situación se ha agravado debido a la presunta influencia y alcance de los agresores, quienes también han amenazado a las hermanas de Tatiana. Estas amenazas han afectado su vida cotidiana, al punto de tener que tomar medidas de seguridad adicionales, como tomar taxis diariamente por temor a represalias. Tatiana ha solicitado a la Fiscalía pruebas de las acusaciones en su contra y ha puesto su teléfono a disposición de las autoridades para investigar los números involucrados en las amenazas.
Agresiones
Además de Tatiana, otras mujeres han sido víctimas de estos agresores, quienes utilizan perfiles falsos en redes sociales y números de teléfono internacionales para intimidar. La situación ha afectado la salud mental de Tatiana y su hija, quien ahora teme salir de casa. A pesar de buscar ayuda de la línea púrpura y contar con asesoramiento jurídico y psicológico, Tatiana se siente desprotegida por parte de las autoridades.




