«Amazonía bajo amenaza»: convergen economías ilícitas, minería y políticas públicas ineficaces en riesgo ecológico

Durante el conversatorio “Amazonía bajo amenaza”, se alertó sobre la amenaza múltiple que enfrenta la selva colombiana. Desde economías ilícitas hasta políticas públicas inadecuadas están acelerando su deterioro. Urgen respuestas regionales y renovadas normas ambientales.
[responsivevoice_button voice="Spanish Latin American Male" buttontext="Escuchar Noticia"]
Compartir en

Expertos, organizaciones y autoridades advierten que la Amazonía colombiana está bajo amenaza no solo por grupos armados y narcotráfico, sino también por políticas de desarrollo mal diseñadas, expansión agraria y actividades legales extractivas que agravan la deforestación y criminalidad ambiental.

Bogotá, 17 de agosto de 2025.
En el foro “Amazonía bajo amenaza”, organizado por la Universidad de los Andes, la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS), la Embajada de Alemania y la Iniciativa Global contra la Delincuencia Organizada Transnacional, se advirtió que la Amazonía colombiana sufre una convergencia de amenazas: economías ilícitas, extractivismo legal y debilidades institucionales. El debate se centró en romper con la narrativa limitada que culpa únicamente al narcotráfico o los grupos armados ilegales como las disidencias de las FARC o el ELN.

Factores que agravan la crisis

  • Políticas contraproducentes: Programas como el de sustitución de cultivos ilícitos provocaron un aumento del 104 % en la deforestación entre 2014 y 2019, acompañado de una expansión del 302 % de tierras convertidas en pasturas.
  • Economías que trascienden lo ilegal: Minería, extracción de madera y proyectos energéticos están erosionando el ecosistema, actuando en paralelo con actividades ilegales para debilitar la soberanía ambiental.
  • Vacíos institucionales: Marco regulatorio obsoleto, falta de voluntad política y debilidad institucional permiten que modelos de respuesta actuales resulten insuficientes.

Francisco Gutiérrez Sanín, director científico del Observatorio de Restitución de Tierras, y la congresista Julia Miranda, exdirectora de Parques Nacionales, fueron enfáticos: “No se trata sólo de actores criminales; el reto es también político e institucional”.

Propuestas surgidas en el foro

  1. Impulsar acuerdos vinculantes internacionales que fortalezcan la gobernanza y trazabilidad de cadenas productivas.
  2. Mejorar la cooperación regional entre los ocho países amazónicos para enfrentar la criminalidad ambiental de manera conjunta.
  3. Atacar la cadena de suministros ilegales, desde la extracción hasta el lavado de activos.
  4. Reforzar los marcos legales e institucionales, que actualmente fueron diseñados con un enfoque antinarcóticos, y ya no responden a la complejidad de los delitos ambientales.

El encuentro antecede la V Cumbre de Presidentes del Tratado de Cooperación Amazónica, que se celebrará en Bogotá el próximo 22 de agosto, y en la que los mandatarios de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela deben acordar compromisos de protección del bioma amazónico.


La Amazonía colombiana está hoy en una encrucijada: una región que enfrenta amenazas crecientes desde múltiples frentes —legales e ilegales— y cuya protección requiere respuestas holísticas. Si el país no actualiza sus políticas públicas, fortalece su regulación ambiental y coordina estrategias transnacionales, el ecosistema más biodiverso del planeta seguirá deteriorándose. Sea en el foro académico o en la cumbre presidencial, la urgencia cobra sentido: no basta con más datos, sino con voluntad política, marcos vinculantes y cooperación real.


Compartir en