Bogotá, 13 de septiembre de 2025. — El Centro Democrático confirmó esta semana que Álvaro Uribe Vélez, expresidente de Colombia (2002-2010) y fundador de esa colectividad, aspira a volver al Congreso como candidato al Senado en las elecciones legislativas de 2026, siempre y cuando las condiciones jurídicas lo permitan. La decisión fue anunciada por el director del partido, Gabriel Vallejo, quien señaló además que la lista al Senado será cerrada y que Uribe sería incluido en ella en el puesto número 25.
Qué se anunció exactamente y en qué condiciones
Según la dirección del Centro Democrático, la presencia de Uribe en la lista ya fue socializada internamente y forma parte de la estrategia electoral del partido para 2026. Vallejo explicó que la inclusión del exmandatario está condicionada “a lo que determinen los fallos judiciales”, puesto que Uribe enfrenta procesos penales cuya resolución definitiva aún está pendiente. La dirigencia también justificó la lista cerrada como una medida para ordenar la financiación y cohesionar el trabajo en torno al logo del partido durante la campaña.
La situación judicial: antecedentes y estado actual
La posible candidatura reaparece en un contexto judicial complejo para Uribe. En los últimos años ha sido investigado y procesado por supuesta manipulación de testigos y por conductas relacionadas con el proceso que lo llevó como víctima-denunciante en un caso contra el senador Iván Cepeda. Fuentes periodísticas nacionales informan que en una instancia judicial reciente se emitió una condena en primera instancia que impone 12 años de prisión domiciliaria y una inhabilidad temporal para ejercer cargos públicos —una decisión que está en apelación y que todavía no es definitiva—; por eso la postulación se plantea “a la espera” de la confirmación o modificación de esos fallos. Es decir: jurídicamente su participación está sujeta a lo que determinen los tribunales en las próximas etapas del proceso.
Por qué el Centro Democrático lo pone en la lista (y en el puesto 25)
Las explicaciones oficiales del partido insisten en que la inclusión de Uribe obedece tanto a su peso histórico dentro del uribismo como a una estrategia electoral para consolidar una bancada amplia en el Senado. Numerosos analistas señalan que ubicarlo en un puesto “fijo” y relativamente bajo en la lista (el 25) busca proteger la lista frente a eventualidades judiciales y, al mismo tiempo, capitalizar su imagen política sin convertirlo en cabeza visible exclusiva de la campaña. Ese movimiento también busca dar espacio a otros liderazgos del Centro Democrático —varios de ellos con proyección presidencial o legislativa— y controlar la financiación de la campaña mediante una lista cerrada.
Reacciones políticas y clima nacional
La noticia desató reacciones mixtas: en el uribismo hubo expresiones de respaldo y optimismo por la posibilidad de recuperar fuerza legislativa; en sectores de la oposición y entre defensores de los derechos humanos y anticorrupción se pronunciaron críticas y advertencias sobre la coherencia institucional y la eventual incompatibilidad de la candidatura con condenas o inhabilidades si estas se confirman en instancias superiores. Observadores políticos resaltan que la figura de Uribe sigue siendo polarizadora en Colombia: tiene una base de apoyo sólida, especialmente en temas de seguridad y orden público, pero también concentra fuertes cuestionamientos por su legado y por los procesos judiciales que lo involucran.
Contexto histórico: Uribe, el Centro Democrático y el Congreso
Álvaro Uribe gobierna desde su salida de la Presidencia como uno de los actores más influyentes en la derecha colombiana. Fundador del Centro Democrático, su liderazgo ha marcado la agenda política, especialmente en materia de seguridad, rechazo a ciertas negociaciones de paz y en el perfil conservador de la oposición frente a gobiernos de corte progresista. A lo largo de la última década su regreso a cargos de elección popular —ya fue senador antes de ser presidente y luego volvió al Senado tras su gobierno— ha sido una posibilidad que se barajó en varias coyunturas; ahora el partido lo ratifica como parte de su estrategia para 2026, siempre con la advertencia de que la participación final dependerá de decisiones judiciales.
Escenarios legales y políticos posibles
- Que la condena o inhabilidad sea confirmada en instancias superiores: si una sentencia que impone inhabilidad queda firme, Uribe podría quedar impedido de ocupar curul, con impactos judiciales y políticos directos para el Centro Democrático.
- Que la apelación prospere o que el proceso sufra modificaciones: si los fallos cambian, Uribe podría inscribirse formalmente y competir, lo que tendría efectos simbólicos (reforzar a la bancada uribista) y prácticos (atraer votos y recursos).
- Uso político de la candidatura aun si no llega a ser curul efectiva: varios analistas han recordado que la sola postulación puede servir de plataforma de denuncia política, movilización de la base y negociación interna del partido.
Qué significa esto para la campaña presidencial y el mapa electoral
La decisión del Centro Democrático de cerrar la lista y de definir a Uribe como “fijo” responde a dos objetivos: consolidar una bancada amplia que sirva de contrapeso al gobierno en el Congreso y proteger recursos de campaña. En un país donde la fragmentación legislativa y los cambios partidarios son constantes, la inclusión de una figura con tanto peso mediático y político tiene el potencial de reconfigurar alianzas, presionar a otros sectores de la derecha y condicionar debates clave (seguridad, economía, relación con acuerdos de paz). Para el electorado, la jugada promete polarizar aún más la contienda y convertir las elecciones de 2026 en un plebiscito parcial sobre la vigencia del uribismo.
Qué sigue: plazos y pasos a observar
- Apelaciones y recursos judiciales: las decisiones de las instancias superiores serán determinantes sobre la posibilidad real de que Uribe aspire y ocupe una curul.
- Formalización de listas y registro electoral: el calendario electoral y las inscripciones de listas marcarán fechas clave para la definición final de la lista cerrada del Centro Democrático.
- Reacción de otras fuerzas políticas: la decisión puede generar réplicas en la oposición y ajustes en las estrategias de otros partidos, tanto en la derecha como en el centro y la izquierda.
