La historia de alias ‘La Mona’ podría parecer la de un asesino serial de gran recorrido, sin embargo, no es así. La historia es la de una adolescente de 16 años que pertenece a una de las bandas que azota la capital colombiana el «Tren de Aragua».
Alias ‘La Mona’, con apenas 16 años, tiene un expediente criminal peor que el de los grandes delincuentes del país.
«Lo apuñalaron como cuando matan a un marrano. Le dan la vuelta y lo vuelven a apuñalar en la espalda, luego lo botan sobre un plástico”, esa es la cruda declaración de un testigo presencial en un atroz crimen, quien de forma escalofriante cuenta como una adolescente, se convirtió en asesina y la responsable de embolsar los cuerpos para esta peligrosa banda.
Alias ‘La Mona’, con 16 años, aceptó ante un juez que torturó, mató y embolsó a sus víctimas.
Las víctimas de alias La Mona eran tres hombres y una mujer. Los cuatro estaban en un bar de la zona, fueron invitados a compartir droga y licor en la casa.
Llegaron en un bicitaxi y en cuestión de minutos estaban amarrados de pies y manos, con pistolas sobre su cabeza y cuchillos en el cuello.
Desde una cárcel, un hombre con el alias de Popeye recibía videollamadas con los reportes de cómo iba la masacre.
El encargado de la barbarie manejaba el teléfono y explicaba que las cuatro personas ya estaban en la casa, sometidas y la orden era que nadie quedara vivo.
El testigo, en plena declaración con los investigadores de la Sijín, se arrepintió con Dios y dijo que las víctimas, agonizando, lo miraban como rogando por ayuda.
“El hombre parecía rezado. Lo apuñalaron muchas veces, lo estrangularon y seguía defendiéndose, luego lo volvían a apuñalar. Es allí cuando alias ‘Guaya’ coge un ladrillo de cemento y se lo estalla en la cabeza. Luego lo botan encima de los otros cuerpos, agonizando, y de su boca salen chorros de sangre”, señaló el testigo.
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La barbarie continuó. Mientras a la mujer la llevaron a un baño, los hombres que quedaban con vida estaban bajo la amenaza de la menor de edad.
Alias ‘La Mona’ les apuntaba con una escopeta y sus cómplices iniciaron una lluvia de golpes que las víctimas solo pudieron responder rogando por su muerte, no por su vida: “Si me van a matar, mátenme, pero no me torturen más”.
La menor, que de forma repetida obligaba al testigo a presenciar la masacre, le dijo lo que podría sucederle de oponerse a la organización criminal.
Los tres hombres, sentenciados a muerte por la organización criminal, recibieron 59, 25 y 30 puñaladas, que no fueron suficientes para asesinarlos.
En orden y bajo la mirada de la siguiente víctima, eran golpeados, destrozados y picados con cuchillos.
Los cuerpos fueron apilados y como evidenciagrabaron un video, tomaron fotografías. Luego hicieron otra videollamada al cabecilla, alias Popeye, quien desde una cárcel reiteró que nadie podía quedar vivo, incluso la mujer que tenían en el baño. Es cuando alias ‘La Mona’ recibe la orden de matarla.
La menor de edad que fue capturada, junto con otras cuatro personas señaladas de asesinar y desmembrar los cuerpos en Bogotá, aceptó los cargos que le imputó la Fiscalía.
En la organización criminal, la adolescente era conocida como la Psiquiátrica, pues llevaba a sus víctimas a confesar en medio del ruego por sus vidas, como ocurrió con la mujer que tenían en el baño, condenada a muerte por alias ‘Popeye’.
“La apuñalan en el cuello, cogen un cable, La Mona se lo pone en el cuello y con un bloque se lo ponen en la cabeza, pero no muere. Entonces, alias ‘Cejas’ coge otro bloque y se lo estalla en la cabeza hasta que queda agonizando”, señala el testimonio.
Los víctimas fueron acomodadas con cuidado para la fotografía y la evidencia del crimen. Luego pasaron a manos de alias ‘La Mona’, la encargada, según el testigo, de envolverlas en vinipel de color negro.
Lo hizo mientras el resto de asesinos celebraba con whisky la masacre y grababan los videos para el cabecilla de la organización criminal.
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