Lo cogieron con la propia “merca” en su poder. Así terminó la aventura de alias Emilio, señalado de pertenecer al Grupo Armado Organizado residual Estructura 30 “Rafael Aguilera”, quien fue capturado en flagrancia mientras transportaba nada menos que 19 kilos de pasta base de coca en una embarcación artesanal que surcaba las aguas de la vereda La Florida, zona rural de este municipio costero.
El operativo, ejecutado por tropas del Batallón de Operaciones Terrestres N.º 16 de la Fuerza de Tarea Hércules, con apoyo de la Armada Nacional y la Fuerza Aérea Colombiana, se convirtió en un certero golpe a las economías ilegales que asfixian a las comunidades del Pacífico nariñense.
Comercialización
Según las autoridades, el capturado llevaba 10 paquetes envueltos y listos para su comercialización, material con el que pretendía surtir las redes del narcotráfico que operan en la región. La sorpresa fue tal que ni siquiera alcanzó a reaccionar: en cuestión de segundos fue reducido y trasladado bajo estrictas medidas de seguridad.
Las primeras investigaciones apuntan a que alias Emilio fungía como pieza clave en las rutas de abastecimiento del Bloque Occidental “Jacobo Arenas”, organización al margen de la ley señalada de financiar su maquinaria de guerra con el negocio ilícito de la cocaína.
Golpe a la criminalidad
El Ejército Nacional, al confirmar la captura, lanzó un duro mensaje:
“Seguiremos cerrando el paso a quienes insisten en llenar de violencia a nuestro Pacífico. No daremos tregua a los grupos ilegales que se lucran del dolor de las comunidades”, afirmó un vocero militar.
La noticia causó revuelo en El Charco, donde los habitantes, acostumbrados a convivir entre la esperanza y el miedo, ven este tipo de golpes como una luz en medio de la sombra que deja el narcotráfico. “Por fin empiezan a caer los que nos han tenido azotados”, comentó un poblador que presenció el operativo.
Delitos
Alias Emilio fue puesto a disposición de la Fiscalía General de la Nación, donde deberá responder por los delitos de tráfico, fabricación y porte de estupefacientes, además de posibles vínculos con estructuras armadas ilegales. Con este nuevo golpe, el mensaje es claro: el que se atreva a manchar al Pacífico con droga terminará tras las rejas. Alias Emilio pasó de navegar con la ilusión de dinero fácil a enfrentar la dura realidad de la justicia. Mientras tanto, en El Charco la gente espera que este no sea un caso aislado, sino el inicio de una verdadera limpieza contra los tentáculos del narcotráfico que durante años han sembrado miedo y dolor en esta tierra olvidada, pero que hoy levanta la voz para recuperar la paz.




