Como un hombre de guerra, sanguinario y obsesionado con las apuestas y los juegos de azar, así era considerado Jesús Albeiro Cardona, alias ‘Chulo’, quien iba más allá y se encomendaba a ritos que realizaba con santeras para que las autoridades no lo encontraran.
Alias ‘Chulo’ era el encargado de coordinar envíos de cientos de toneladas de cocaína a Centroamérica y Europa para el “Clan del Golfo”. Cabe recordar que Jesús Albeiro fue capturado en un gigantesco operativo del grupo de operaciones especiales de la policía.
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Alias ‘Chulo’ era un curtido delincuente con más de 25 años de carrera criminal y quien se había convertido en el terror de los niños y adolescentes en la región del Chocó y Antioquia, a quienes engañaba con falsas promesas para reclutarlos y ponerlos al servicio del “Clan del Golfo”.
Pero Jesús Albeiro Cardona no era cualquiera dentro del “Clan del Golfo”, pues era nada más y nada menos que la mano derecha de Jovanis de Jesús Ávila, alias ‘Chiquito Malo’, sucesor de Dairo Antonio Úsuga, alias ‘Otoniel’, al mando del grupo criminal.
Entre las misiones que tenía alias ‘Chulo’ estaba la de tomarse a sangre y fuego los territorios y rutas del tráfico de drogas del ELN en la región. Según versiones, este hombre no sentía piedad de los guerrilleros y los mataba sin compasión, incluso entre las declaraciones, que son materia de investigación, se narra que ordenaba degollar a sus enemigos.
Tras la captura y extradición de alias ‘Otoniel’, los principales objetivos de las autoridades son sus sucesores, alias ‘Chiquito Malo’ y alias ‘Siopas’, a quienes siguen sin piedad, incluso en una arremetida unidades fueron arrinconando a la estructura Carlos Vázquez, la que comandaba alias ‘Chulo’, y donde cayó.
Jesús Albeiro sabía que le pisaban los talones y por eso no se quedaba quieto en un campamento por más de un día y se movía con un escuadrón de hombres fuertemente armados. Pero su obsesión por los juegos de azar lo llevaban siempre al mismo lugar, un caserío remoto donde acostumbraba a jugar billar, naipes y realizar jugosas apuestas.
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Y ese fue precisamente su talón de Aquiles, aquel billar vio como uno de sus hombres de confianza terminó entregándolo. En una noche de tragos, juegos y apuestas, el ahora soplón le ganó una partida a alias ‘Chulo’, quien se sintió ofendido delante de sus hombres, por lo que entregarlo era una cuestión de vida o muerte para escolta.
Sin que el capo se diera cuenta, el hombre escuchó cuando este le decía a sus hombres que había que matarlo de inmediato por “tramposo” y aprovechando la oscuridad de la noche, el hombre se fugó, pero sabía que lo iban a cazar y por eso busco refugio en las autoridades y decidió contar todo y entregar a Jesús Albeiro.
En el billar, en el municipio de Carepa, Antioquia, la jugada maestra la terminaron haciendo las autoridades. En un robusto operativo con más de 20 hombres armados y apoyados por helicópteros le llegaron, sus secuaces huyeron y sus dos escoltas principales no alcanzaron a oponer resistencia, rápidamente pusieron sus armas en el piso y se rindieron.
“Ya perdí, ustedes ganaron, tranquilos”, fueron las palabras del ‘Chulo’ cuando cayó. En la maleta de mano que acostumbraba llevar le encontraron cerca de 50 millones de pesos en efectivo, pero no se quiso identificar, dijo que no tenía cédula. Sus hombres entregaron pistolas, granadas, municiones y elementos que los identificaban como miembros de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia.
