En Santander de Quilichao, el verde de los cultivos se mezcló con la esperanza de cientos de familias que ven en el campo su presente y su futuro. Este martes 12 de agosto, la alcaldesa Emilse Paz, junto a la autoridad ancestral Nejwesx, acompañó la firma de la segunda fase del convenio Apuesta por el Desarrollo Rural del Norte del Cauca.
Este acuerdo, suscrito entre el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, Asocaña, ACONC, Asociación de Cabildos ACIN, ANUC y Fensuagro, impactará de manera directa a 3.018 familias campesinas, indígenas y afrodescendientes de 13 municipios. El objetivo es claro: fortalecer cultivos, emprendimientos y empresas comunitarias, apostándole a un desarrollo rural con identidad y enfoque étnico.
El encuentro también fue escenario para compartir los frutos de la primera fase, que ya transformó la vida de más de 1.200 familias en la región. Durante ese periodo, productores de café, cacao y caña panelera recibieron apoyo para optimizar más de 1.800 hectáreas y consolidar proyectos productivos sostenibles. Hoy, las manos que siembran con esfuerzo ven cómo la tierra responde con abundancia.
Esta nueva etapa amplía el horizonte. Además de los cultivos ya fortalecidos, se sumará una cuarta línea productiva: el arroz, que llegará a más comunidades, generando nuevas oportunidades para el sustento familiar y el fortalecimiento de la economía local.
La jornada estuvo marcada por la cercanía y el diálogo. Líderes comunitarios, representantes de asociaciones y familias productoras compartieron experiencias y sueños, convencidos de que el trabajo conjunto es el camino. “Cuando el Gobierno, las organizaciones y la comunidad nos damos la mano, el campo florece y la vida mejora”, expresó una productora de café que participó en el encuentro.
Más allá de las cifras, este convenio representa un compromiso con la paz y el arraigo. La alianza público–privada–comunitaria se consolida como un ejemplo de cooperación que no solo transforma los cultivos, sino también la manera en que las comunidades se organizan y proyectan su futuro.
En el Norte del Cauca, el desarrollo rural ya no es solo una meta lejana; es una realidad que se siembra con trabajo, se riega con confianza y se cosecha con unidad.

Pie: Claudia Calero, presidenta.




