El Tolima continúa en alerta por el brote de fiebre amarilla que ya deja 103 casos confirmados y 37 fallecidos, lo que representa una letalidad del 36%. Las dos muertes más recientes se registraron en Cunday y Rioblanco, encendiendo las alarmas de las autoridades sanitarias del departamento.
Ante la grave situación, la Gobernación del Tolima, junto a la Secretaría de Salud y otras entidades, intensificó las acciones de control. Katherine Rengifo, secretaria de Salud del Tolima, indicó que se mantiene activo el Puesto de Mando Unificado (PMU), liderado por la gobernadora, para hacer seguimiento a las estrategias y reforzar los planes de vacunación en zonas críticas.
“Cada persona sin vacunar representa un riesgo de contagio. Estamos enfocados en evitar la urbanización del brote”, advirtió la funcionaria, quien confirmó que hasta el momento se han aplicado más de 728.000 dosis, logrando una cobertura del 57%. Sin embargo, aún hay veredas y municipios con baja respuesta.
Actualmente, los esfuerzos se concentran en Villarrica y Cunday, donde se avanza en el cierre epidemiológico. Equipos interdisciplinarios trabajan de la mano con alcaldías, IPS y EPS para aumentar la cobertura, especialmente en zonas donde no se alcanza el 95% exigido por los protocolos sanitarios.
La Gobernación reiteró el llamado urgente a toda la población para acudir a los puntos de vacunación. La dosis es gratuita, segura y puede salvar vidas. Las autoridades no descansarán hasta contener totalmente el brote.




