La Organización Meteorológica Mundial (OMM), parte de la ONU, ha emitido una grave advertencia: los años 2023, 2024 y 2025 se perfilan como los tres más calurosos jamás registrados, lo que podría desencadenar daños “irreversibles” al clima global. Según su reporte, esta secuencia de calor extremo confirma que el planeta se encuentra en una crisis climática sin precedentes.
En 2024, la temperatura global superó los 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales, un umbral crítico fijado por el Acuerdo de París para evitar impactos climáticos catastróficos. Esta cifra, confirmada por la OMM, refleja un calentamiento que supera lo que muchos científicos consideraban posible sin medidas de mitigación más agresivas.
El organismo advierte no solo sobre el alza térmica, sino también sobre otros indicadores preocupantes: gases de efecto invernadero en niveles máximos, pérdida acelerada de hielo polar, aumento del nivel del mar y eventos climáticos extremos cada vez más frecuentes.
Ante este panorama, la ONU hace un llamado urgente a los países para que intensifiquen la acción climática: reducir emisiones, acelerar la transición energética, fortalecer sistemas de alerta temprana y promover tecnologías para capturar carbono.
El mensaje es claro: el tiempo corre, y las decisiones tomadas ahora determinarán si podemos limitar el calentamiento a niveles manejables o si estamos condenados a afrontar consecuencias cada vez más graves.
