
El Gobierno de Alemania establece términos para respaldar al Gobierno de transición de Siria. Sin embargo, sus capacidades para influir son restringidas.
Después de la caída del régimen de Bashar al Asad, Alemania tiene la intención de apoyar a Siria, pero únicamente si se consideran todos los grupos de su población.
La ministra de Relaciones Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, se refirió a «un instante de optimismo», pero también expresó su «inquietudes de que tal optimismo pudiera ser engañoso». Y sostuvo que es imprescindible dedicar todos los esfuerzos para conseguir que «Siria descubra la ruta hacia un futuro pacífico y estable para todos».
Según Baerbock, esto también implica que en Siria se pueda ventilar en los tribunales lo sucedido durante el mandato de Al Asad: «No puede existir una reconciliación perdurable sin justicia».
Su departamento ha desarrollado un plan de ocho puntos, donde se establece como meta principal «una transición pacífica». Se señala que únicamente se podrá lograr un Gobierno civil ampliamente aceptado «si todas las minorías y grupos políticos» son incorporados. Baerbock también pidió el respeto a los derechos femeninos. «Será un camino pedregoso», al que «desearía que existan elecciones libres un día».
La transformación de Al Jolani
Parece que la confianza no es muy alta, a pesar de la retórica moderada de Damasco. El Gobierno transitorio, liderado por la milicia islamista HTS, ha comprometido asegurar los derechos de todas las comunidades religiosas. «Estaremos evaluando al HTS por sus acciones», declaró Baerbock.
Las interrogantes surgen a partir del surgimiento de HTS, que proviene del Frente Al-Nusra, la filial siria de Al Qaeda. Su dirigente, Abu Mohamed al Jolani, se presenta ahora con moderación. De acuerdo con sus propias declaraciones, HTS ha dejado de tener conexiones con Al Qaeda desde 2016, sin embargo, la ONU, la UE, Estados Unidos y Turquía continúan categorizando a la milicia como organización terrorista.
Schindler discute la presunta metamorfosis de Al Jolani, quien sostiene que actualmente adopta posturas moderadas, afirmando que «uno puede aceptarlo, aunque no está forzado a hacerlo».
En cualquier caso, Schindler sostiene que la presunta transformación de Al Jolani ha sido inteligente desde la perspectiva política. «Si ahora el Sr. Al Jolani puede convertirse, o convertir a su primer ministro, en un ‘intermediario’ con Occidente y ser el protector de todo el posible dinero de ayuda y las relaciones políticas que Europa, Estados Unidos y el resto del mundo puedan proporcionar, entonces, por supuesto, también habrá consolidado su posición predominante en el sistema de poder», señala el especialista.




