Con tan solo 14 años, Alejandro Vergara comienza a forjar un camino prometedor en el fútbol colombiano. Hincha del América de Cali desde niño, hoy defiende los colores del equipo de sus amores como extremo en la categoría Sub-15 de la Academia Oficial.
Nacido el 26 de diciembre, Alejandro creció rodeado de pasión futbolera. Su padre, ferviente seguidor del América, lo llevó desde pequeño al estadio . Desde ese momento nació el sueño de llegar al profesionalismo con la camiseta escarlata.
Actualmente, Vergara luce el número 11 y es uno de los jugadores más destacados de su categoría. Su velocidad, visión de juego y potencia ofensiva le han valido elogios y reconocimiento, e incluso ya está en el radar para ascender a la Cantera del club. Recientemente, fue el goleador de la Liga OTI, una actuación que ratificó su talento y su disciplina.
Sin embargo, más allá de sus condiciones futbolísticas, lo que más destaca en Alejandro es su mentalidad. Su padre le compartió una frase que lo guía cada día: “Todo en la vida es un proceso. Si creces muy rápido, puedes enfrentar cosas para las que aún no estás listo. Es mejor subir paso a paso, porque el momento llegará, justo cuando estés preparado.”
Esa filosofía lo ha llevado a enfocarse en el trabajo constante y a comprender que el éxito no se logra de la noche a la mañana, sino con paciencia, humildad y esfuerzo.
Fuera de las canchas también empieza a ganar reconocimiento. En solo cinco días, su cuenta de TikTok (@alejandro.vergara.11) superó las 200 mil visualizaciones, ganando más de mil seguidores y generando cientos de comentarios positivos. Su carisma y autenticidad lo han convertido en una figura admirada, no solo como jugador, sino como persona.
Incluso algunas marcas ya lo han fichado como patrocinado, apostando por su proyección como una de las nuevas joyas del fútbol colombiano.
Alejandro tiene claro su objetivo: llegar al fútbol profesional, mantenerse, crecer y triunfar. Sueña con seguir los pasos de su ídolo, Duván Vergara, y algún día levantar la Copa Libertadores con el América de Cali. Para él, no es solo un sueño: es una meta que entrena todos los días como si fuera inevitable.
