La Alcaldía de Bogotá, a través del Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público de Bogotá (DADEP), lanzó un exhorto público dirigido a los partidos políticos, movimientos y precandidatos que participan en el proceso electoral rumbo a 2026: “que la campaña sea cuidar a Bogotá, que la campaña sea respetar lo público”. El llamado proviene en un momento en que se observa un incremento de afiches, pancartas y carteles pegados en muros, vallas y fachadas de la ciudad, que están generando una preocupación por la contaminación visual al interior del espacio urbano.
Campañas generan contaminación visual
Según la entidad distrital, este tipo de propaganda, más allá de su contenido político, contribuye a deteriorar la estética de los barrios, afecta la convivencia y, en muchos casos, viola la normatividad que regula la publicidad exterior visual en la capital. La directora del DADEP, Lucida Bastidas, señaló que “ni Juan, ni Daniel, ni Iván, ni absolutamente nadie” debería estar contribuyendo a esa contaminación del espacio público.
El llamado incluye una invitación a la ciudadanía para que denuncie los casos de propaganda que se instale de forma desordenada o sin permiso en la ciudad. Se informó que los informes de este tipo de elementos visuales están siendo recibidos por los canales oficiales del Distrito para su inspección, remoción y seguimiento.
Asimismo, el DADEP exhortó a los precandidatos a explorar “maneras alternativas” para hacer campaña, evitando el recurso masivo de empapelar muros o fachadas que pertenecen al espacio público. Esta recomendación busca trasladar la estrategia electoral hacia mecanismos menos invasivos del entorno urbano y más respetuosos con los habitantes. En este contexto, la administración local enfatiza que la preservación del entorno de la ciudad es también parte del ejercicio democrático.
El mensaje llega en momentos en que se acerca la fase de consultas internas y los movimientos políticos intensifican su visibilidad. En esta coyuntura, la Alcaldía quiere poner foco en que el respeto al entorno sea tan central como la propia competencia electoral. De esta forma, se hace un llamamiento a la responsabilidad de los actores políticos para que su presencia no se traduzca en un perjuicio para la ciudad y sus habitantes.
