La intolerancia y la inseguridad vial son las principales dificultades que enfrentan los ciclistas que transitan por la carrera 1D entre calles 44 y 73, según diversos biciusuarios, no cuentan con un carril exclusivo para el tránsito de bicicletas, lo cual aumenta el riesgo de movilidad en la zona. Ante este problema, la Administración Distrital adjudicó un contrato por un valor de $4.405.778.333 para la construcción, mejoramiento y mantenimiento de ciclorrutas en esa zona de la ciudad.
Los usuarios de la bicicleta manifestaron los riesgos constantes que asumen en sus recorridos diarios. «La falta de cultura ante la existencia del ciclista, está presente y el ciclista es muy vulnerable ante los vehículos y la gente que pasa alrededor de ellos. […] Creo que se debe tener más conciencia de que estamos en la vía», señaló Juan Andrés Guerrero, docente y usuario de cicloinfraestructura.
Esta falta de conciencia se traduce en comportamientos imprudentes. Para David González los conductores «no respetan los semáforos y no respetan a las personas que van a cruzar la carretera o gente de las bicicletas».
A su vez, Humberto Rodríguez Góngora relata que los taxis y las motos representan un riesgo particular, ya que «pasan muy cerca de nosotros y es un riesgo siempre salir aquí. Lo que pasa es que los taxis y las motos no lo ven a uno, siempre le tiran la moto, lo cierran, los taxis les ponen la mano y de una vez se cierran, no miran el espejo, no ponen una direccional, andan a la ofensiva, entonces a uno le toca andar a la defensiva siempre».
Finalmente Góngora resaltó que «nosotros los ciclistas somos unos actores viales como cualquier persona y nosotros también pagamos impuestos en la casa y no sé, deberían tenernos una ciclovía a nosotros también».
Atendiendo a las dificultades señaladas por la ciudadanía, la Secretaría de Infraestructura otorgó al Consorcio Ciclo Ciudad, la construcción de 6 kilómetros de ciclorruta sobre la Carrera 1D entre calles 44 y 73.
El proceso de adjudicación prioriza a las comunas 4 y 5, zonas de gran circulación de ciclistas. Además, contó con la participación de la veeduría ciudadana, colectivos de ciclistas, Juntas de Acción Comunal (JAC) y Juntas Administradoras Locales (JAL), lo que permitió identificar los puntos más estratégicos para la intervención.
Este proyecto busca no solo mejorar la seguridad de los ciclistas, sino también fomentar la movilidad sostenible y contribuir a la construcción de una ciudad más incluyente y consciente de todos los actores viales.




