El asesinato de Juan José Barreto, joven de 23 años baleado en inmediaciones del Banco Agrario de Lérida, desató un ambiente de zozobra en el norte del Tolima. El hecho, ocurrido en plena zona urbana, encendió las alarmas de las autoridades y de la comunidad, que exige acciones inmediatas para frenar la violencia que azota al municipio.
Ante la gravedad del caso, el alcalde de Lérida, Luis Carlos Amézquita, rompió el silencio y pidió resultados rápidos a los organismos de investigación. El mandatario sostuvo que los primeros indicios apuntan a un ajuste de cuentas entre bandas delincuenciales que operan en la región. “Parece que son retaliaciones entre bandas”, aseguró con preocupación.
En medio de sus declaraciones, el alcalde también salió al paso de un escándalo mediático. Un portal digital lo vinculó con organizaciones criminales, lo que provocó su total rechazo. “Le pido que se retracte inmediatamente, porque está poniendo en riesgo mi integridad y la de mi familia”, expresó Amézquita, quien advirtió que iniciará acciones legales si no hay rectificación.
El mandatario enfatizó que esas afirmaciones atentan contra su honra y exponen a su círculo cercano en un contexto marcado por la violencia. Aunque reconoció que personas externas intentan permear el municipio con actividades ilícitas, prefirió ser prudente frente a la hipótesis de extranjeros involucrados.
Finalmente, anunció que desde su administración se prepara un plan de seguridad que incluye cámaras de vigilancia en puntos estratégicos, articulado con Policía, juntas comunales y comerciantes locales.
