El alcalde de Tunja vive horas decisivas. Este martes se desarrolla la audiencia en la que un juez deberá determinar si impone una medida de aseguramiento en su contra, en el marco de una investigación por presuntas irregularidades cometidas durante su gestión.
El proceso judicial ha generado enorme expectativa en la capital boyacense, pues de confirmarse la medida, el mandatario local podría perder su libertad y quedar apartado del cargo, lo que tendría un fuerte impacto en la gobernabilidad de la ciudad.
De acuerdo con fuentes cercanas a la investigación, la Fiscalía sostiene que el alcalde habría incurrido en irregularidades administrativas y contractuales que comprometerían recursos públicos de la capital boyacense. Aunque no se conocen todos los detalles del expediente, se mencionan anomalías en licitaciones, posibles sobrecostos y fallas en los procesos de contratación que hoy son materia de análisis judicial.
El Ministerio Público también sigue de cerca el caso, pues el desenlace podría abrir un precedente sobre la responsabilidad de los mandatarios locales frente a la vigilancia de la gestión pública. El juez deberá valorar si existen pruebas sólidas que justifiquen la restricción de la libertad mientras avanza el proceso.
En el terreno político, la situación del alcalde tiene en vilo a los sectores aliados y opositores. De imponerse la medida de aseguramiento, se abriría un escenario de interinidad en el gobierno local, lo que implicaría ajustes inmediatos en la administración municipal. El Concejo de Tunja, dividido frente al caso, ya analiza los escenarios de sucesión en caso de que el mandatario sea separado temporalmente del cargo.
Mientras tanto, en las calles de Tunja la noticia genera reacciones encontradas. Algunos ciudadanos consideran que la investigación es una muestra de que las instituciones funcionan y de que nadie está por encima de la ley. Otros, en cambio, ven un trasfondo político en la denuncia, con el objetivo de debilitar a la actual administración.
La audiencia de este martes será determinante no solo para el futuro del alcalde, sino también para la estabilidad política de Tunja. Lo que está en juego es la confianza en la gestión local y el mensaje de la justicia frente al manejo transparente de los recursos públicos.
